Mémesis

El maravilloso mundo de la gastronomía hospitalaria

Centenares de pacientes y familiares utilizan las redes sociales para denunciar la triste y lamentable calidad del servicio gastronómico de muchos hospitales del país. Una cuenta de Twitter recopila las denuncias en tono de humor de un problema que llama a poner el foco en la externalización de los servicios y la mala gestión.

Se hacen llamar @hospEATal y se dedican a denunciar y compartir los más denigrantes 'emplatados' de hospitales españoles y sus cafeterías. La cuenta trata, con media sonrisa, de denunciar la escasa calidad de muchos de los menús sanitarios precisamente allí donde deberían ser modélicos. Como ellos mismos dicen: "En un hospital no solo curan, se forjan Espartanos. Si sobrevives a esta comida, lo demás es comer y cantar".

Un ejemplo. Este familiar denunció la cena que el Hospital público Morales de Meseguer, en Murcia, sirvió a su madre, enferma de cáncer. La maravilla es obra de Mediterránea Cátering, una de las empresas que prepara comida para 50 centros en toda España y que ha sido denunciada en varias ocasiones: 1, 2, y 3.

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Mediterránea tiene también experiencia en servir comidas con complementos proteicos:

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Es una costumbre ya bastante arraigada. Pacientes ingresados en Hospitales o residencias y familiares con un móvil que deciden compartir en redes sociales el menú 'sabroso' del día. Una denuncia social que no ha surtido el efecto deseado más que el escarnio público. La calidad no ha mejorado en los últimos años. Las denuncias siguen.

https://twitter.com/cayeruby/status/937085772926214146?ref_src=twsrc%5Etfw

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Otro ejemplo. Hace unos días, con motivo de la denuncia del ministro del interior sobre el (falso) menú de nochebuena de los policías destinados a Cataluña, un paciente viralizó su agravio comparativo en el hospital Universitario Doctor Peset de Valencia: 

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La cuenta @hospEATal la lleva un profesional de la gastronomía. El tuitero salmantino David Monaguillo pasó un tiempo largo en el hospital por el trasplante de un familiar y decidió empezar a denunciar en 2015 las comidas de los pacientes y las servidas en cafetería para los acompañantes. Todo empezó con una maldita paella.  

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Enfermeras, doctores y otros pacientes empezaron a compartir con él sus aventuras gastronómicas y 'guarrindongadas' sanitarias y la cuenta empezó a crecer como la espuma, tanto que un reportaje en 'El Comidista' hizo que David fuese reconocido en algunas de las Cafeterías que denunciaba.

Tres años después de abrirla y pasada la crisis sigue denunciando estos 'manjares'. "Ahora me llegan denuncias de todos los países del mundo, algunas no publicables", nos confiesa por teléfono. No parece un problema surgido con la crisis, sino endémico.

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Para David la solución pasa por tratar de abordar un claro problema de gestión :

"Yo el problema lo veo en las concesionarias. Por el dinero que se les presupuesta se puede hacer un menú muy digno [...] Cada vez hay menos cocineros en los hospitales. Se fabrican hornos enormes para regenerar una serie de comidas —lo que llaman quinta gama— cargándose mano de obra por un lado para que todo venga precocinado. [...] Cuando un restaurante gana dinero no es en las bodas porque haces el mismo menú para 200. Pues en un hospital pasa lo mismo por eso estiran los márgenes con el producto."

Y es que no es lo mismo cocinar para los 50 pacientes de un hospital privado, o una guardería que hacer 3.000 menús para el Hospital Clínico. Aún así, no solo existe un problema de gestión de calidad en los centros públicos, hay denuncias también de pacientes de hospitales privados.

Aquí una de pavo con moho en un hospital privado de Valencia: 

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Hay una premisa que ayuda a acotar la polémica. Si la comida que se sirve en los hospitales no se la comería nadie fuera es que tenemos un problema. El enfermo, preso de su diagnóstico, no puede escapar de los cuidados sanitarios del centro. Es ahí cuando la manga se ensancha y se descuida no solo el aspecto sino la calidad nutricional y del género; eso y las presiones presupuestarias a las concesionarias que les obliga, por ejemplo, a cobrar diez céntimos por un vaso de agua.

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La cuenta no se enfanga en las denuncias casposas, también hace excepciones y compara las bazofias con exquisiteces de otros tantos centros sanitarios. Se trata también de poner en valor los buenos ejemplos para entender la torpeza de los malos.

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No solo este perfil denuncia los atentados gastronómicos de nuestros hospitales. Muchos pacientes aprovechan el púlpito que brindan las redes para desahogarse publicando sus menús desde hace años. Incluso personajes mediáticos aprovechan las redes para viralizar fotos nada apetecibles. Nadie se salva:

https://twitter.com/quiquepeinado/status/689069558611709952?ref_src=twsrc%5Etfw

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Nosotros también llevamos tiempo recopilando denuncias como estas:

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