De Piqué siempre se dijo cuando era futbolista que era un tipo inteligente, inquieto y con vista para los negocios. Analicemos su periplo empresarial: creó una empresa llamada Kosmos que consiguió un contrato para reformar la copa Davis. El resultado: fracaso económico, fracaso de público, tenistas cabreados y ruptura del contrato. Después de revolucionar el tenis, quiso cambiar el fútbol. Se acercó a Ibai y montó un torneo de fútbol 7, el fútbol de siempre pero con influencers y retransmitido por Twitch. Después de un inicio fulgurante, las audiencias cayeron en picado.
Su tercer gran proyecto fue la Supercopa de Arabia. Rubiales tenía buen rollo con Gerard desde de sus tiempos en la selección y necesitaba alguien que hablase inglés para negociar con los saudíes. Cuatro millones de euros anuales durante 9 años por labores de consultoría. La consultoría: que la Supercopa fuesen cuatro partidos y se jugase en Riad. Tampoco es que fuese él mismo a supervisar el regado del césped con los beduinos. La Supercopa está siendo ahora investigada por la UCO y hay una orden de detención para Rubiales. Piqué al fin y al cabo no es más que Llados Fitness con Lamborguinis en propiedad.
Nada que objetar, España es un país de toros, sol, paella y comisionistas. El propio novio de Ayuso está imputado por fraude por en la compraventa de mascarillas. Está también la trama Koldo en el PSOE y practicamente cualquier concejal de pueblo durante la pandemia aprovechaba el aplauso a los sanitarios para preguntarle por el balcón a su vecino el chino si conocía a alguien que mandase mascarillas. Ha habido casos de notarios que han dejado la notaría para ejercer de comisionistas.
No todo el mundo va de jeta en la política. Pablo Iglesias siempre renegó del chanchullo y la puerta giratoria y para una cosa que ha cumplido hay que aplaudirle. En lugar de eso ha abierto una taberna para explotar a obreros de la hostelería llevándose él las plusvalías de los flamenquines desde el sofá de Galapagar. Lo de que en Garibaldi te cobren 12€ por tres hojas de rúcula y cuatro tomates cherrys también va a terminar investigándolo la UCO. De todo eso se ha hablado esta semana en X, la red social con la que Elon Musk quiere destruir el mundo.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación