Mémesis

Cuando compras una alfombra y te llega un felpudo

  • Comprar por Internet —sobre todo en el mercado chino— se ha convertido en una aventura de imprevisibles consecuencias. La distancia entre una foto o descripción y la realidad final de un producto es, muchas veces, todo un enigma.
  • Recopilamos algunos ejemplos de experiencias frustrantes y cómicas que se han hecho virales.

Me cuenta mi primo que hace poco encontró unas Nike Stefan Janoski Max en Aliexpress por solo 20€. No entiendo mucho de zapatillas pero es fácil ver que las originales cuestan casi 8 veces más. Esto no puede acabar bien, pensé.

Me cuenta que tardó un mes en recibirlas (normal en proveedores chinos), pero que la primera sensación fue buena. Dan el pego y el aspecto estaba bastante cuidado.

Me cuenta también que al cabo de unos días tuvo que esconderlas porque el olor a petróleo, plástico y pintura era insoportable e inundaba toda la casa. No las ha estrenado.

¡Bienvenido a Internet, primo!

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La primera vez que compras por Internet te sientes como un inocente recién llegado a una prisión de convictos peligrosos. No sabes si ponerte guantes para usar el teclado o llamar a la policía para que vigile la transacción. El miedo y el desconocimiento aleja a los novatos de sus primeras compras en la Red. Solo cuando comprendes y entiendes las diez normas básicas de seguridad la compra se convierte en una experiencia extraordinaria y ya imprescindible.

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Aún así solo un 19% de los consumidores españoles compra semanalmente algo por Internet. Muy por debajo de la media mundial (29%).

En el periodo de aprendizaje de las primeras compras es cuando los profesionales de la estafa o los vendedores con poca elegancia atacan al incauto. Buscando cualquier artimaña para engañar al posible comprador. Los timos, estafas y trucos son tan antiguos como el comercio y en Internet se multiplican.

¿Te fijaste si se incluía el relleno la descripción? Fuente

Uno de los riesgos de comprar por la Red es la imposibilidad de controlar el aspecto final del producto que vas a adquirir. A pesar de la calidad de las fotos y vídeo siempre hay dudas sobre la discrepancia entre expectativas y realidad. En ropa es toda una aventura, en comida puede ser un abismo insondable.

Los comercios chinos son los reyes a la hora de disfrazar un mal aspecto para vender falsa calidad. No solo esto, estrujan la normativa al límite de lo legal para intentar ganar competitividad. Mientras a algunos les compense el fraude seguirá creciendo.

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Por ejemplo, el logo chino de “China Export” es sospechosamente parecido al de la CE “Comunidad Europea”. Una marca que lleva 20 años vendiendo y promocionando la calidad de los productos europeos. Con China nunca es casualidad.

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Otra de las prácticas fraudulentas es la de minoristas y falsos artesanos que promocionan sus creaciones en Facebook. Pequeños comercios que venden su ropa utilizando modelos y fotos robadas para vender prendas de imitación de muy mala calidad y que no se corresponden con la realidad de sus anuncios. Tras una exhaustiva investigación del portal BuzzFeed y denuncias de cientos de mujeres engañadas, Facebook se vio obligada a cambiar su política de calidad y contratación respecto a todos estos anunciantes.

Vestido promocionado en Facebook. Fuente

Vestido promocionado en Facebook. Fuente

Pero la mala fe no es patrimonio oriental, ni del comercio o de minoristas con ganas de pescar incautos. La venta entre particulares es otro foco de fraude y picaresca. Las subastas de ebay o los anuncios de Wallapop o Milanuncios son un buen caldo para cultivar toda esta frustración.

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Si juegas con las expectativas de la gente cuanto más ingenua sea esta mejor colocas tus productos engañosos. Por eso los niños son un caramelo para los tramposos. Algunas compañías lo saben y lo explotan, a pesar de la norma. Juguetes que siempre molan más con la caja cerrada.

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La empresa estadounidense ToyQuest lo sabe desde hace años y, a través de su división BANZAI, vende piscinas y juegos infantiles acuáticos cuya presentación no tienen nada que ver con la realidad. Sus productos son ya un clásico de este engañabobos y tienen bula para venderse impunemente en cientos de tiendas y webs. Las críticas en Amazon de sus piscinas infantiles son para llorar.

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No siempre es culpa del vendedor. Hay prendas que no sientan igual a una modelo de tallas imposibles que a la gente normal de la calle. Y luego vienen las sorpresas. Que se lo pregunten a Juliet Jacoby, una norteamericana que consiguió hacerse viral con las fotos de su flamante vestido rojo de fiesta comprado online en WANELO.

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Otra porción de toda esta tarta rancia es el fraude tecnológico. Aprovechar la ignorancia digital para dar gato por liebre. En esto los chinos también se llevan la ‘pole’. Discos duros que en realidad son memorias USB con contrapesos de clavos. Memorias USB que en realidad son tarjetas de memoria...

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Pero si hay un mercado donde nuestras expectativas son prostituidas al máximo ese es el gastronómico. Cuando el aspecto de un alimento es tan importante para su venta la distancia entre expectativas y realidad es aún mayor.

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 Esta frustración a la hora de comprar se ha convertido también en un clásico meme dentro de la cultura de Internet. "Expectations vs Reality" es una forma de reírnos de nuestra ingenuidad a la hora de ilusionarnos con algo...

https://twitter.com/DepressedDarth/status/729851323886252036

     

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