Mark Zuckerberg ha decidido cambiarle el nombre a Facebook, según The Verge, tras el escándalo generado por la comparecencia de una ex trabajadora en el Congreso, en la que aseguraba que la compañía era consciente del daño que hacían sus servicios a la sociedad y no hacía nada para corregirlos, dando prioridad a los beneficios.
En internet se ha empezado a especular con el nuevo nombre. Se habla de Fakebook, que yo descartaría por recordar conceptualmente a la competencia. Twitter por ahora no está bajo la lupa del Gobierno, pero esta misma semana ha publicado un estudio de elaboración propia en el que reconoce que su algoritmo amplifica mensajes de extrema derecha en 6 de los 7 países estudiados. Twitter lleva años creando personajes como Alvise y Juanfra Escudero, especializados en difundir bulos bajo la bandera del periodismo independiente de clickbait y followers comprados. El último ha sido el del bolso Louis Vuitton de Irene Montero, que en realidad pertenecía a Carmen Calvo.
La red social del microblogging se ha convertido en un nido de desinformación. De Corea del Norte se dice que nuestras elecciones están amañadas, que tenemos armas de destrucción masiva, que hay escasez de alimentos o que yo estoy gordo. Que se aclaren un poco: ¿pasamos hambre o estoy gordo? Hasta para mentir hay que esforzarse un poco. Lo que no es un bulo es que Errejón ha llevado al Congreso una ley para legalizar el cannabis después de llevar un año pegando la matraca con la salud mental. La marihuana es uno de los grandes catalizadores de los trastornos psiquiátricos, basta ver unos minutos de Veronica Forqué en Masterchef Celebrities para comprobarlo.
De redes sociales se ha hablado esta semana en las redes sociales. Supongo que por eso Zuckerberg está ideando su nueva empresa como un metaverso. Aunque lo más trending de la semana sigue siendo El Juego del Calamar, la serie que ha batido todos los récords en Netflix y que describe fielmente Corea del Sur: una sociedad podrida de gente sin alma que merece ser exterminada. La generación boomer, los que con 12 años se acostaban después de chuparse Crónicas Marcianas, están preocupados porque los niños imitan en los recreos los juegos de la serie: el escondite, las canicas y el pollito inglés.
Y el juego de la semana en Twitter ha sido el “Evil be like”, básicamente imaginar como serían las versiones maléficas y antagónicas de personajes populares
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