Mémesis

“Hola hijo, te hablo desde la tumba…”

 

  • Repasamos algunas de las historias de 'comunicación más allá de la muerte' que han ocurrido con las nuevas (y no tanto) tecnologías.

Hablar desde el más allá es posible. El mundo digital nos permite no sólo saber e incluso ver lo que está pasando en la otra parte del mundo en tiempo real sino que también nos da la posibilidad de comunicarnos una vez muertos.

Si no que se lo digan a un joven que, lleno de emoción, compartió en la red social Reddit parte del email que había recibido de su padre dos años después de que éste hubiese fallecido.

El email comenzaba así:

"Hola hijo, te estoy hablando desde la tumba, buuuh. Siempre te dije que volvería y te pillaría. En serio, para cuando leas esto, yo ya no estaré. Espero que para ese momento ya estés bien sin tu viejo y te las hayas arreglado para ayudar a tu madre. Estoy seguro de que habrás cuidado de ella tan bien como te dije. Tengo unos pensamientos que compartir contigo. Lo primero que quiero decir es lo orgulloso que estoy..."

El milagro se llama FutureMe, una página web que te permite enviar correos en una fecha concreta del futuro, tanto de forma privada como pública.

Aunque pueda parecer macabro o siniestro, lo cierto es que esta web puede ayudar a cientos de personas cuya esperanza de vida sea corta a 'comunicarse' con sus seres queridos cuando ellos ya no estén, dejarles un mensaje o felicitarles por su cumpleaños. El joven vivió la experiencia con felicidad:

"Él me decía lo orgulloso que estaba de mí y que me quería. Es muy bonito recibir esto tanto tiempo después de que muriese".

Con las herramientas y Apps que facilitan Internet y las Redes Sociales esta posibilidad de comunicación post-mortem es cada vez más sencilla, pero no es una exclusiva de la era digital. Desde siempre las cartas, las notas o los vídeos se han utilizado para intentar establecer este contacto imposible. Padres enfermos que quieren dejar una herencia epistolar o gráfica a hijos muy pequeños o maridos y esposas que llevan sus cartas de amor más allá de la tumba.

...y otras historias que te parten el alma:

Elena Desserich tenía 6 años y un cáncer cerebral incurable. A pesar de su corta edad sabía perfectamente de su destino y eligió hacerse inmortal. Durante los últimos 3 meses de vida y mientras su cuerpo se lo permitía empezó a esconder Post-it, notas y dibujos por toda su casa para ‘comunicarse’ con su hermana pequeña y sus padres después de muerta. Nadie, excepto ella, sabía de sus planes.

Uno de los dibujos de Elena. Fuente.

Elena murió poco después atrapada en la cárcel de un cuerpo muy enfermo. El último juego de la pequeña Elena acababa de comenzar: ser inmortal para su familia. Hablar con ellos desde el 'otro lado'.

El legado de Elena, de 6 años. Fuente.

Pocos días después de su entierro, mientras su familia ponía orden a sus cosas, empezaron a salir los mensajes y dibujos que Elena había escondido antes. La conmovedora experiencia duraría meses:

“Cada vez que encuentro y leo uno de sus mensajes es como sentir un pequeño abrazo de mi pequeña..”  Recordaba su madre, Brooke Desserich.

La historia de Elena Desserich

La familia editó un libro con todos los mensajes y así recaudar fondos para la lucha contra el cáncer. Hoy siguen con la ilusión de encontrar el último.

La gente no se muere hasta que no se la olvida.

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El caso de Elena se repite también en Redes Sociales. Antes incluso de que aparecieran todas estas aplicaciones y Web para gestionar los mensajes post-mortem.

Los que conocemos Twitter desde su nacimiento nunca olvidaremos la historia de María, una mallorquina que también eligió hablar desde el otro lado.

Foto de perfil de Maria

María (@Taube08) era una de esas personas que usaba Twitter para charlar, para hacer amigos, para ser persona.

Cuando Twitter era todavía un patio de vecinos y había menos distancia entre un avatar y otro. Cuando había más conversación y menos troll.

 

Maria tenía cáncer y compartía su experiencia, su vida, su dolor con todos sus seguidores. Su cuenta era su diario.

Y María murió. Una mañana nos encontramos con el siguiente Tweet en su perfil:

“Soy Mª Riera, la madre de María. Cumpliendo con su deseo me toca lo más difícil del mundo, deciros que ella falleció anoche. Gracias a todos.

Cuando ni Twitter tenía todavía un protocolo para estos casos María se inventó el suyo. Eligió a su madre para que con la misma cuenta se fuera despidiendo de cada uno de sus seguidores. Uno por uno. María había preparado una serie de mensajes para compartir personalmente con ellos. Sus recuerdos, sus consejos.

Twitter estremeció:

Algunos de los Tweets que dejó María. Fuente

Los tweets se fueron sucediendo durante todo un día. Los que seguíamos su cuenta vivimos la experiencia con el corazón encogido. “María escribió para ti…”, “María dijo que…”.

Uno de los tweets personalizados de María. Fuente.

Un testamento vital que no olvidaremos nunca y que nos recuerda lo importante que es el legado escrito que dejamos en redes sociales. Escrito y programado.

A partir de entonces algunas de las grandes redes diseñaron un protocolo en caso de fallecimiento. Las reglas de cancelación de los perfiles suelen ser muy estrictas y si el propietario no ha dejado las claves a un 'albacea' suele ser muy complicado poder darlos de baja.

Facebook ofrece la posibilidad de convertir el perfil de una persona fallecida en un muro conmemorativo donde la gente pueda escribir mensajes al ser querido que ya se fue. Es una propuesta para mantener vivo el recuerdo de la persona amada y poder 'dejarle' nuestros pensamientos.

En Twitter no existe tal posibilidad y sin las contraseñas de la persona fallecida la cuenta queda como un alma en pena.  A no ser que tengas una madre como la de María y quieras hablar desde el otro lado.

Y tú ¿Cómo te vas a despedir en Redes Sociales?

     

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