La burbuja de la IA no termina de pinchar. Nvidia, la empresa que fabrica tarjetas gráficas con las que se procesa la inteligencia artificial, se ha convertido esta semana en la tercera empresa más valiosa de Estados Unidos solo por detrás de Apple y Microsoft, cumpliendo así el dicho de que los que se hicieron ricos con la fiebre del oro eran los que vendían las palas y no los que picaban.
Hay ganadores y perdedores. Google ha sido una de las empresas a las que Nvidia ha adelantado en capitalización este año y además no termina de arrancar y seguirle el paso a OpenAi y Microsoft. Su generador de imágenes, Gemini, ha sido entrenada para ser tan Woke que cuando le pides que te dibuje un soldado alemán te genera una mujer negra, genderfluid de pelo azul que dice "les alemanes".
No querían caer en los problemas de otros generadores de imágenes como Dall-E que refuerzan estereotipos y refuerzan el sesgo blanco, así que ahora tenemos vikingos negros, un George Washington asiático y la historia parece una película de Spike Lee.
Google ha retirado por el momento el generador de imágenes después de que hasta Elon Musk lo atacase desde su cuenta de X en su cruzada contra lo que él llama 'el virus Woke', la inclusión forzada de toda la vida. Musk también ha dejado caer que está preparando una aplicación para competir con Gmail, Xmail. No deja de inventar el hombre más rico del mundo, su equipo ya trabaja en Xinstagram, XikTok y Xinkedin. Cuando le viene la inspiración es todo talento.
En Xwitter se ha hablado esa semana la IA más artificial que inteligente de Google. También de Koldo, el amigo de Ábalos que se llevó mordidas ilegales vendiendo mascarillas durante la pandemia y los invirtió en apartamentos en Benidorm a nombre de su hija de 17 años. Exactamente el guion que te crearía una IA si le pidieses que inventase un caso de corrupción más español que Ilia Topuria.
Pero la polémica de la semana ha sido la canción que Dani Martín (47 años) le ha dedicado a Ester Expósito (24 años), que hasta a ella le ha gustado. Y sí, las letras de Dani Martín son como si le pides a una IA una canción de El Canto del Loco, a la IA de Google concretamente.
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