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Arantxa Sánchez Vicario y su familia firman la paz aunque no se hablan

Después de varios años de batallas judiciales entre la extenista y su familia, por fin han llegado a un acuerdo extrajudicial por el que Arantxa se quedara con dos viviendas que estaban siendo utilizadas por sus padres a cambio de retirar la querella que tenía interpuesta contra ellos. Sin embargo, Arantxa Sánchez Vicario ha confesado ante el juez que sigue sin hablarse con su familia ya que les considera culpables de haberla arruinado.

A pesar de que el viernes, el portal de noticias Chance, publicaba el comunicado que han emitido los abogados de ambas partes en el que confirmaban que por fin han sellado la paz “fuera del ámbito judicial” y que con este acuerdo han resuelto “de forma definitiva todas aquellas cuestiones que distanciaban a la familia, zanjando todas cuantas diferencias existían entre ellos; parece que no es oro todo lo que reluce.

Según ha publicado el sábado El País, se trata de una paz sólo de carácter judicial ya que no hay ningún atisbo de reconciliacion familiar entre ellos. Por su parte Arantxa no perdona que su familia la haya arruinado y por otro lado sus padres querían que su hija le pidiera perdón públicamente y que reconociera que les había acusado falsamente de dilapidar una fortuna que ascendía a 45 millones, algo a lo que ella se negó. Un juez condenó a Arantxa Sánchez Vicario pagar 3,5 millones por evasión fiscal al tener su domicilio social en Andorra cuando vivía en Barcelona. Cuando pidió dinero para pagar, le dijeron que no había. Ahí descubrió lo que había ocurrido con su patrimonio. Estaba en la “ruina”.

El comunicado también señala que “las partes querellantes y demandantes han decidido retirar y renunciar a todos los procedimientos judiciales interpuestos” y “los acuerdos alcanzados se han logrado desde el respeto mutuo, con la ayuda del resto de miembros de la familia, y sin que exista contraprestación indemnizatoria ni compensatoria alguna entre las partes". Después de tantos años en los juzgados, éste es el único logro que han conseguido obtener ya que de puertas para adentro la relación sigue siendo tan mala como antes. 

Según ha trascendido, el pacto contempla que la excampeona de Roland Garrós recupere la posesión de una amplia vivienda en el centro de Barcelona que tendrá en usufructo y que sus padres ocupaban como residencia habitual desde hacía años. La otra propiedad es un apartamento turístico en Sant Pol de Mar, en la Costa Brava, lugar que utilizaban sus progenitores en los veranos desde hace tiempo y con el que Arantxa pretender saldar sus deudas con Hacienda. Con este acuerdo firmado, la extenista renuncia a seguir adelante con las acciones penales que había puesto en marcha contra su familia en Andorra y en Barcelona.

El pacto incluye otros dos puntos de menor relevancia: por un lado, Arantxa vende a precio de mercado el 50% de una sociedad que tenía a medias con su hermana mayor, María Luisa; por el otro, la hija y sus padres se reparten también a partes iguales unos fondos de inversión de la aseguradora Mapfre.

Llevaban años de batallas judiciales

Arantxa Sánchez Vicario se querelló en 2012 contra sus padres, su hermano Javier-José y las dos personas que gestionaban sus ingresos -por orden del padre-, el abogado Bonaventura Castellanos y el gestor Francisco de Paula a los que acusó de haberse apropiado del dinero que ganó durante su carrera deportiva y que la dejaron arruinada y con muchas deudas con Hacienda. Aunque la querella fue archivada al principio, la Audiencia de Barcelona reabrió la causa en junio de 2013.

Desde entonces, los ires y venires a los juzgados fueron constantes así como las lágrimas y las críticas de Arantxa hacia su familia echándoles la culpa de su situación económica. Una historia que incluso recogió en un libro que publicó en 2012¡Vamos!: memorias de una lucha, una vida y una mujer.

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