Poco le ha durado el amor al marqués de Griñón. Carlos Falcó y Pilar Irisarri, viejos amigos entre los que el amor brotó hace unos meses, tal y como desveló unos días atrás El Mundo, ya no son pareja. La revista ¡Hola! avanza este miércoles que hay que hablar en pasado de este amor, ya que no ha llegado a fraguar.
Irisarri, dos décadas más joven que el padre de Tamara Falcó, compartía con el marqués su afición por el arte (juntos estuvieron en la última edición de la feria de arte contemporáneo de Madrid) y de hecho había llegado a ser consejera de la galería Christie’s en París. Al igual que a Falcó, a ella no le falta abolengo: por sus venas corre sangre emparentada con la de varias familias reales europeas y su abuelo, el multimillonario Paul-Louis Weiller, fue máximo accionista de Air France y uno de los mejores representantes de la alta burguesía industrial francesa.
Ahora Carlos, que se ha divorciado tres veces a lo largo de su vida, regresará a sus principales ocupaciones, sobre todo la bodega Pagos de Familia Marqués de Griñón y el Círculo Fortuny, entidad que defiende la ‘marca España’ a través de varias firmas de lujo. Sus cinco hijos tendrán que volver a esperar si quieren que su padre encuentre de nuevo el amor.
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