A Chester Hanks se le ha debido de ir la cabeza. El joven de 22 años, hijo del actor de Hollywood Tom Hanks, montó un escándalo en un hotel londinense y ahora es buscado por la policía británica para que responda ante la justicia por sus actos.
Todo ocurrió en un establecimiento hotelero ubicado en las cercanías del aeropuerto de Gatwick, al sur de Londres. Hanks llegó a su habitación bien entrada la noche en compañía de tres chicas y un actor británico y aunque otros huéspedes se quejaron durante la noche por el ruido, la sorpresa llegó cuando al día siguiente el personal del hotel descubrió horrorizado los restos de la fiesta: un televisor arrancado de la pared, ventanas rotas… en total, daños por un valor de 1.200 libras esterlinas (unos 1.600 euros), según informa el periódico británico Daily Mirror.
Al parecer, Hanks quería que las dos jóvenes le acompañaran en la cama, pero cuando se negaron, enloqueció y comenzó a gritar. A continuación, y tras ver que nadie en la habitación tenía drogas (“¿Quién tiene la cocaína?”, llegó a preguntar), “comenzó a gritar que no pensaba compartir la habitación con otro hombre”, según una fuente consultada por el Mirror, antes de comenzar a romperlo todo en el cuarto.
Debido a la nacionalidad estadounidense de Hanks, la policía británica ya se ha puesto en contacto con las autoridades estadounidenses con el objetivo de aclarar la situación de este joven que el pasado mes de noviembre reconoció en Instagram sus problemas de adicción y aseguraba que ya había conseguido superarlos: “Estoy limpio y sobrio de todo, incluyendo el alcohol”, dijo entonces.
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