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Lizzie Velásquez: una superviviente frente al mundo que se rio de ella

Lizzie Velásquez ha sido hasta hace muy poco tiempo “la mujer más fea del mundo”. Esta cruel etiqueta, que no se plantea lo que se esconde detrás de este llamativo físico, ya ha desaparecido. La ha quemado ella para siempre. Le ha prendido fuego desde su fortaleza de titán. Les ha demostrado a todos que detrás de esa máscara, de ese físico que ella ha tardado en aceptar casi toda una vida, hay un ser humano inconmesurable.

Desde muy pequeña padece un extraño síndrome que le impide ganar peso. Sólo hay tres personas más en el mundo, que se conozca, que lo padecen. Dicho así parece el sueño de muchas mujeres que luchan contra los michelines… pero para ella ha sido un auténtico desastre. Y hubiera sido devastador para muchos de nosotros. Una situación que le ha puesto en la diana de las burlas desde que empezó a enfrentarse con otros seres humanos que la veían como un “monstruo”. Es decir, desde la guardería.

"Era mi primer día en la escuela y nadie quería tener que ver conmigo. Yo me preguntaba por qué, qué les había hecho. Tuve que ir a casa y preguntar a mis padres qué había hecho mal. Ellos contestaron: "Lo único que te hace diferente es que eres más pequeña que los demás. Tienes un síndrome extraño, pero no definirá quién eres".

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Del bullying al coaching

Esa es la pregunta que hoy Lizzie lanza siempre al mundo desde el púlpito que le ha elevado a lo más alto del coaching motivacional: ¿qué es lo que te define? Nunca ha pasado de los 25 kilos, sólo tiene visión por un ojo y además su piel envejece de manera alarmante. Por eso sus compañeros de universidad, que siguieron la senda de los que le llamaron monstruo de pequeña, grabaron un vídeo –obviamente en el que se burlaban de su aspecto- que subieron a Youtube y que obtuvo más de cuatro millones de visitas. Lejos de amedrentarse, comenzó su lucha personal contra el bullying para ayudar a otras personas que estaban en una situación parecida.

Lizzie acaba de cumplir 25 años y ya ha escrito tres libros, se ha licenciado en la universidad y es una oradora excelente.

No sé si será el hecho de haber nacido en Texas, el haber tenido unos padres excepcionales o el haber sido dotada de una fortaleza superior a la de los seres humanos normales. No sé de dónde obtiene Lizzie ese torrente de energía vital que te arrastra mientras escuchas su historia. Lo que sé es que escuchándola se sacan fuerzas de flaqueza, se tiene la sensación de que nos quejamos por nada, de que no luchamos lo suficiente ante las adversidades de la vida cotidiana, de que no insuflamos en los demás el ánimo que todos necesitamos para vivir. Lo que sé es que hace que te cuestiones tu comportamiento, lo poco generosos que somos, por lo general, con los demás.

Lizzie acaba de cumplir 25 años y ya ha escrito tres libros, se ha licenciado en la universidad y es una oradora excelente. Sus conferencias siempre están llenas de personas que acuden a recibir esa fuerza, esa inspiración y ese ejemplo tan raro y difícil de encontrar en cualquiera de nosotros.

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