Cayetano Martínez de Irujo acudió a un evento que tuvo que posponerse una semana debido a su delicado estado de salud. El conde de Salvatierra manifestó en el acto cómo se encontraba después de ser operado de gravedad: “Me encuentro regular, pero yo soy duro, había que hacer esta presentación, no podía salir al mercado sin presentarlo conmigo”. Se trataba de la presentación de las ediciones conmemorativas de dos de los productos gastronómicos gourmet Casa de Alba.
El hijo de la duquesa de Alba tuvo que ser intervenido de urgencia en Sevilla el pasado 10 de noviembre debido a una obstrucción gastrointestinal. Días más tarde tuvo que ser trasladado a la Clínica de la Luz en Madrid, donde se sometió a una segunda operación a manos del doctor Enrique Moreno: “He estado un mes en el hospital. Ha sido gravísimo lo que he vivido y si no me salgo de dos hospitales de allí [Sevilla] y me vengo en AVE a las nueve de la noche moribundo y me acoge en sus manos el doctor Enrique Moreno, uno de los mejores cirujanos del mundo, para mí el mejor, no hubiese salido adelante. Ha sido tan grave como eso”.
Cayetano: “Si me quedo allí me muero o hubiera tenido secuelas de por vida”
Cayetano afirmó que si llega a tardar seis u ocho horas más en llegar al hospital “hubiera sido irrecuperable. Habría tenido una infección en los órganos y se habría pasado a la sangre. Yo pensaba que me estaba muriendo, tenía alucinaciones. La semana de Sevilla ha sido la peor que he pasado en mi vida porque me estaba muriendo literalmente. Si me quedo allí me muero y si me espero seis horas más hubiera tenido secuelas de por vida”. Tras salir del hospital el pasado 2 de diciembre, a escondidas, para pasar desapercibido, no ha salido apenas de su casa.
Una de las personas que ha estado con él en estos duros momentos ha sido su exmujer, Genoveva Casanova: “Me llevó al hospital en Madrid y directamente me fui al quirófano. A partir de ahí 11 horas de operación y dos semanas con mucho sufrimiento. Me ha costado recuperarme porque vi la muerte”. Ahora asegura que sale a la calle a pasear pero “ha sido una cosa que me ha dejado bastante impactado”. Esta situación tan delicada le ha hecho replantearse la vida de otra manera: “Me tengo que preocupar más de mí y no tanto de los demás y tomarme la vida con mucha más calma”.
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