Jennifer Aniston vive una etapa muy feliz y más desde que contrajo matrimonio con Justin Theroux con el que se casó el pasado mes de agosto. Sin embargo, hay un turbio capítulo en su vida: el no hablarse con su madre, Nancy Dow, desde hace cuatro años a pesar de que ésta está al borde de la muerte.
La madre de la actriz ha sufrido tres infartos en los últimos años y se encuentra aislada en su apartamento de Los Ángeles: “Se sienta frente a la tele a ver concursos, se echa la siesta y se toma sus medicinas. Necesita un andador para poder caminar y hay veces en que ni siquiera puede hablar. Necesita ayuda las 24 horas”, explicó a la revista InTouch una persona cercana a la familia, y añadió “todo lo que quiere es un encuentro con su hija”.
En una ocasión, la actriz ya declaró que la relación con su madre siempre ha sido difícil: “Cuando ella era niña, sufría de dislexia y su madre no la apoyaba de la forma en la que ella lo necesitaba. Ella era muy crítica conmigo. Ella era preciosa, impresionante. Yo no”, expresó la actriz tiempo atrás.
La relación entre madre e hija siempre se ha caracterizado por la tensión existente entre ellas, hasta tal punto que la actriz no incluyó a su madre en la lista de invitados cuando se casó con Brad Pitt.
La gota que colmó el vaso fue cuando en un libro de memorias titulado Nancy Dow de From Mother and Daughter to Friends: A Memoir, (en español: De madre e hija a Friends: Memorias), su madre dejaba mal parada a su hija. Esto conllevó que Aniston no quisiera ver ni hablar nunca más con su madre.
Después de este desencuentro, su relación ha sido nula a pesar de los intentos del marido de Aniston por propiciar un acercamiento: “Cuando Jennifer empezó a salir con Justin Theroux, Nancy esperó que él las ayudaría a conectar, pero eso no pasó. El tiempo pasa, se han cansado y ahora Nancy se puede ir a la tumba sin verla”, revela esta misma fuente a InTouch.
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