Ha llegado el momento de poner las cartas sobre la mesa. ¿Qué lleva a un famoso a presentarse en un evento como si llevara cuarenta y ocho horas sin pasar por casa? ¿Por qué Hollywood -y lo que no es Hollywood- ha renunciado a los hábitos más básicos de higiene? ¿Acaso la suciedad es el último tabú que nos quedaba por romper? Cada día nos encontramos con noticias que nos alertan sobre la complicada relación que guardan algunos famosos con la limpieza. Abandono del desodorante, creencias que les llevan a espaciar las duchas más de lo conveniente o simple y llana dejadez que martiriza a sus compañeros de profesión. Un drama al que damos poco crédito pero que debería ser ya objeto de estudio por parte de alguna Universidad.
Entre todas estas muestras de 'poca curiosidad personal', hay una que nos tiene más preocupados de lo normal: el pelo sucio. ¿A qué viene la proliferación de celebrities que no tienen tiempo de pasar por la peluquería antes de acudir a un photocall? ¿No es la imagen una parte esencial de su caché como profesionales? ¿No viven de ello? Tras mucho análisis y mucha meditación, hemos llegado a la conclusión de que las famosas se escudan detrás de cinco excusas básicas para no dedicarle el tiempo suficiente a la engorrosa tarea de lavar, peinar y marcar -y eso que tienen profesionales acreditados para hacerlo-:
'La melenita no se ensucia'
Evidentemente, el pelo corto es mucho más socorrido a la hora de peinarlo que una larga melena, pero eso no es motivo suficiente para creer que no se ensucia. La Secretaria general del Partido Popular, María Dolores de Cospedal, es un ejemplo perfecto. No dudamos de la higiene diaria de la política, ni tampoco de la mano de sus asesores -responsables del gran cambio estilístico de los últimos tiempos-, pero Cospedal peca de pelo poco agradecido. En muchas ocasiones le falta brillo, una mano de suavizante sin siliconas y un poco más de gracia a la hora de acondicionarlo. El resultado es una melenita que parece pedir a gritos una sesión de peluquería. Y así no hay forma de ganar unas elecciones.
'Yo me ducho todos los días'.
Excepto en casos muy flagrantes, damos por sentado que la gran mayoría de las celebrities pasan por la ducha a diario -seguro que varias veces al día cuando el calor aprieta-, pero, ¿hasta dónde se realiza esta limpieza? Porque una cosa es deshacerse del sudor y otra, muy diferente, lavarse el pelo como toca. Todos hemos corrido a meternos bajo el agua cuando nos ha pillado el reloj antes de salir de casa y sabemos lo que ocurre. El vapor y el secador dejan el pelo peor de lo que estaba y si, encima, nos lo tocamos mucho durante el día, los destrozos pueden ser más que evidentes. Recordaríamos aquí el paso de Belén Esteban por Gran Hermano VIP pero la colaboradora asegura que a limpia no la gana nadie... Ustedes mismos.
'No es sucio, es graso'.
El pelo demasiado seco o demasiado graso no hace más que resaltar los problemas de higiene capilar. No es que no lo lavemos, es que por mucho que lo lavemos aquello no tiene remedio. Imagínense lo que ocurre cuando le añadimos una buena dosis de tinte, una melena abundante y no mucho tiempo para adecentarnos. Pues lo que le ocurre a Shakira en muchas de sus salidas públicas. La cantante se lanzó en cuerpo y alma al rubio platino para triunfar en Estados Unidos y ahora ya no hay quien la pare -¿quién es capaz de controlar una melena así de salvaje?-. En su defensa diremos que la culpa es de los paparazzis que la pillan cuando sale a pasear con los niños, pero solo porque queremos ser buenas personas.
'Con el cepillo se arregla'
No seremos nosotros los que pongamos el dedo en la llaga -no a propósito, al menos-, pero hay famosos que necesitan mejores espejos en sus mansiones. Nos sorprende encontrarnos con celebrities que no solo no prestan demasiada atención al cuidado capilar, sino que además descuidan una parte esencial del cabello: la nuca. ¿Sabrán que pasarse el cepillo únicamente por delante no sirve? Britney Spears es toda una profesional del disimulo estético. Se peina mal, se lava poco y, encima, parece que la parte trasera de su melena es algo que no va con ella. ¿Por qué nadie le dice que necesita cepillarse todo el pelo? ¿Por qué sus asistentes son tan crueles? Si tuviese unos buenos espejos laterales se daría cuenta que, por detrás, suele ir hecha un desastre. Por su bien, más que nada.
'Las extensiones no se lavan'
El furor de las extensiones ha hecho mucho daño. Hay famosas que creen que por tratarse de pelo sintético no es necesario darle los mismos cuidados que a la melena propia. Y así les va. Entre ponerlas, quitarlas, peinarlas y pasarles la plancha, las extensiones se les quedan en nada y lucen estilismos más propios de un indio apache. No, queridas celebrities, así no se hace. El método Paris Hilton de peluquería y estética no nos sirve. Y si encima habéis invertido varios miles de dólares en conseguir una melena abundante y poblada, ¿por qué no seguís los consejos de vuestros peluqueros? Si nosotros somos capaces de darnos cuenta, ¡qué no verán ellos! ¿Ven cómo es un drama al que prestemos muy poca atención? Ojalá un movimiento social por un pelo digno.
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