A sus 18 añitos, Francisco Nicolás llevaba un tren de vida más digno de un magnate que de alguien que acababa de alcanzar la mayoría de edad. Prueba de ello son las historias que él mismo ha contado y cómo no, las reuniones y fiestas de despilfarro que organizaba en su vivienda de aquel entonces. Y es que la mayoría de sus recepciones eran personajes relacionados con el mundo de la política, empresarios y hasta policías.
A todo lujo
Pero claro, el espacio en el que tuviesen lugar esos encuentros tenía que estar a la altura. Nicolás Gómez residía en un chalé de 400 metros cuadrados localizado en el barrio de El Viso, uno de los más elitistas. El interior de la casa consta de cuatro plantas. La baja está reservada a la cocina, salón y comedor e incluso una habitación de servicio donde dormían unos filipinos que Gómez contrató; a través de un salón en la planta principal se sale a la piscina, así como a la sauna; la primera planta consta de tres grandes habitaciones y la segunda de un dormitorio principal , un vestidor, baño y un solárium. Todas estas comodidades están valoradas ahora en 3.600 euros mensuales, que es la cantidad a la que se alquila.
Al parecer, según informan en LOC, el interior de la vivienda se encuentra ahora desprovisto de muebles. La constructora que se hacía cargo del alquiler en ese período se quedó con el mobiliario cuando el joven se marchó de El Viso. Entre los objetos se encontraban desde teles de plasma hasta modernas lámparas.
Ahora, la inmobiliaria que gestiona la renta del enorme domicilio trata de eludir que Gómez Iglesias habitó ahí para evitar que los compradores 'se espanten' ante el posible revoloteo de medios que podría generar el espacio. De hecho, el mismo propietario asegura que los inquilinos que han pasado por allí tras 'el fenómeno Nicolás', como la hermana de Alejandro Agag, no han durado más de un año. Un chalé que, en muchos sentidos, cuesta muy cara, desde luego.
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