La cantante está harta de que juzguen sus actos o su manera de vestir, como pasa con tantas mujeres. Si vistes muy corto, eres una fresca; si vistes muy largo, una mojigata y si te gusta el uno y el otro, directamente, una furcia. En el ámbito masculino estas críticas no son tan acusadas, e incluso el estar con varias mujeres -sea o no de manera simultánea- se aplaude colgándose medallas honoríficas intangibles al ‘más mujeriego’.
Esto es lo que Rose quiere denunciar con su Slut Walk: un movimiento que ha organizado a través de una web para denunciar, como ahí mismo explican, el “culpar a la víctima, etiquetado despectivo y la desigualdad de género”. Para ello invita a unirse mediante la donación de dinero y la marcha en sí, que tendrá lugar en Los Ángeles el 3 de octubre.
Durante la promoción de dicha campaña alguien la acusó, precisamente, de que únicamente se acuesta con raperos. A Amber le sentó especialmente mal y no quiso hacer caso omiso al comentario, por lo que le dedicó al ‘troll’ varios posts en Instagram como respuesta, junto a uno de los cuales escribió como pie: “Nunca he sido hundida tan fuertemente por MUJERES. Estoy organizando esta Slut Walk para todas nosotras para no ser hundidas por los hombres, y en vez de estar buscando buscando qué es exactamente una Slut Walk, chicas, simplemente me estáis llamando prostituta”.
Amber Rose quiso contestar a aquella persona que la tachó de prostituta en las redes sociales.
En las publicaciones contesta con estas palabras: “Haz tu búsqueda, y si aún no quieres ser parte de la causa, entonces no vengas. Estás tildándome de prostituta en tu comentario, esa es la cuestión principal. Insinuando que sólo “follo” con raperos cuando he estado enamorada de dos de ellos y me he casado y tenido un bonito bebé con uno de ellos”.
Además, continuó hablando de su pasado: “Fui pobre, no sólo me ayudó a mí misma, pero bendigo a la gente pobre con cuentas frescas de 100 dólares diarios simplemente porque puedo. Además, no puedo contar cuántas veces he pagado las provisiones de la gente que estaba en la cola conmigo en el supermercado porque sí. Recuerdo ser feliz con 50 centavos para comprar una alita de pollo de la esquina trasera del chino en Filadelfia. De alguna manera, soy defensora de del conocimiento de las enfermedades de transmisión sexual y de otras organizaciones caritativas, pero bueno, basta de hablar de mí. ¿Soy solo una ’zorra’, verdad? A quién le importa. P.D: No deberías juzgar tanto, ten cuidado”.
En otra publicación mostraba la definición de slut-shaming (tildar de prostituta) que Wikipedia ofrece. ¿Dará buenos resultados su lucha contra las críticas machistas?
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