En todas las dinastías hay una generación de transición, destinada a salvaguardar la integridad de la institución, pero que no pasará a la historia por sus logros. Le ocurrió al Papa Benedicto XVI, mero puente entre los carismas de Juan Pablo II y Francisco I, y le ocurre al príncipe Carlos de Inglaterra, que parece haber asumido la sucesión natural de la reina en su hijo Guillermo -pese a que desde que se casó con Camilla ha ido ganando muchos puntos.
Algo parecido planea sobre la cabeza de los Alba. Conseguir olvidar el papel de Cayetana, tanto a nivel institucional -controlando con mano firme el legado que le dejó su padre-, como sobre todo, mediático, es imposible. La sombra de la duquesa va a ser alargada y se va a llevar consigo la jefatura de su hijo Carlos, un duque de Alba que pocos recordarán en el futuro. Aquí, la estrella es Fernando.
Carlos Fitz-James Stuart estudió en el mismo colegio que el rey Felipe VI.
Primogénito de Carlos Fitz-James Stuart y Matilde Solís, hija del que fuera marqués de la Motilla. Fernando nació y se educó en Madrid -asistió al prestigioso colegio Santa María de los Rosales, donde estudiaron el rey Felipe VI y sus hermanas, y donde también acuden las infantas Leonor y Sofía-, aunque siempre ha estado muy ligado a Sevilla, como le ocurrió a su abuela -es el único nieto que aparece en el reparto de la herencia de la duquesa, que le dejó la propiedad del Palacio de Dueñas, aunque su mantenimiento se lo encargó a su padre-.
Allí tiene a algunos de sus amigos más cercanos -entre los que se encuentran los primos por parte de madre, los Solís- y puede vivir con fervor la Semana Santa. Pero también ha vivido en Inglaterra y en Estados Unidos, donde ha completado su formación académica -pueden empezar a calificarle como 'joven muy preparado' cuando quieran-.
Como toda buena promesa de la crónica social, de Fernando dicen que es responsable, tímido, familiar, cariñoso, reservado y divertido. ¿Qué van a decir si no? De ser un bala perdida, ya nos daremos cuenta con el tiempo -seguro que Estefanía de Mónaco también era una jovencita adorable-.
Desde que los padres de Fernando se separaron en 2004, éste se volvió más introspectivo.
Por el momento, otorguémosle el beneficio de la duda. Educado para heredar uno de los patrimonios más importantes del mundo, todos coinciden en señalar a sus padres como pilares fundamentales en la preparación para asumir la posición que le corresponde a partir del fallecimiento de su abuela. Aunque también afirman que, desde que estos se separaron en 2004, el carácter del joven se volvió más introspectivo -tenía 13 años-.
Fernando y su hermano Carlos se trasladaron a vivir con su madre tras la ruptura del matrimonio, aunque entre temporadas en el extranjero y veranos en Sotogrande, tampoco es que estuvieran mucho tiempo en casa. Las ventajas y desventajas de apellidarse Fitz-James Stuart.
El interés que despierta Fernando Fitz-James Stuart
Ahora, con 24 años, el futuro duque de Alba, muy consciente del interés que despierta cada uno de sus movimientos, trata de rodearse de un grupo cercano de amigos, discretos y fieles, que cierran filas ante cualquier incursión del exterior. Pero tampoco piensen que se queda en casa -por muy lujosa que ésta pueda ser-.
Fernando sale, aunque por el momento, tenemos que creernos la versión oficial de su soltería -ya saben lo que nos gusta en España que la gente se case y tenga hijos, por mucho que sean todavía casi unos adolescentes, ¿de qué hablaríamos si no?-. A partir de este momento, le espera una constante adjudicación de novias y pretendientas y si no, que se lo pregunte a su primo y amigo, Enrique Solís, que juega al despiste con su amistad con Tamara Falcó.
¿Estará mediando para emparentar a la Casa de Alba con la casa de los Preysler? Tal vez a Tamara le quede un poco mayor -cosa que no es ningún problema-, pero Ana Boyer sería una candidata ideal. Desde aquí proponemos una consulta popular para que Ana deje a Fernando Verdasco y ponga sus miras en Fernando Fitz-James Stuart. Tendrá menos músculos, pero vivirá en el Palacio de Dueñas. Y eso, no se tiene todos los días.
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