Hace pocos meses, el panorama social español enmudecía ante dos noticias de muy distinto calibre. Por una parte, los Pujol, la familia catalana por excelencia se convertía en un nido de corrupción y tejemanejes de lo más oscuros en el momento menos oportuno. Ni el patriarca, ni sus siete hijos, ni, desde luego, Marta Ferrusola, se salvaban de la ola de cuentas en el extranjero y supuestos delitos que retorcía los cimientos de su familia. Un drama labrado a lo largo de los años mientras, públicamente, daban lecciones de moral. En la otra cara de la moneda, otra veterana de la crónica social sonreía como una colegiala. María Teresa Campos vivía su propio ¡Qué tiempo tan feliz! al iniciar una relación el humorista Bigote Arrocet. Al ritmo del piticlín-piticlín, los tortolitos se dejaban fotografiar en una escapada romántica, ajenos a lo que pensara el resto del mundo.
Tanto Marta Ferrusola como María Teresa Campos han tratado de encontrar su hueco, con más o menos fortuna.
Tanto Marta Ferrusola como María Teresa Campos vivieron en los años 2003-2004 el fin de su reinado. Una tuvo que recoger sus bártulos y abandonar la condición de 'primera dama' de Cataluña tras 23 años de reinado, mientras que la otra abandonaba Telecinco para fichar por Antena 3 y someterse a una lucha por la audiencia con Ana Rosa Quintana, de la que terminó saliendo escaldada. Otro reinado, esta vez el de las mañanas, que terminaba. Desde entonces, tanto una como la otra, han tratado de encontrar su hueco, con más o menos fortuna. Pero no sólo comparten esta curiosa casualidad. Prestemos atención y veamos los pocos grados de separación que existen entre 'la Ferrusola' y 'la Campos'. A ver si vamos a estar hablando de la misma persona...
¿Son tan parecidas las realidades de estas dos mujeres?
1. Viven en plena locura de amor.
María Teresa Campos presentaba esta semana su último libro, titulado Amar, ¿para qué?, una reflexión que bien podía estar dedicada a Marta Ferrusola. Mucho está tardando la ex primera dama en reconocer, como ya hizo Isabel Pantoja, que las hormonas del amor la tenían en una nube desde la que era incapaz de conocer los tejemanejes de su marido. Suponemos que a esto se refería la 'Locura de amor' de Aurora Bautista. Marta Ferrusola y María Teresa Campos viven presas del amor que profesan a sus parejas. Una se escuda detrás de las hechuras de su 'President' para pasar desapercibida, mientras la otra recibe a su amado en directo para promocionar el aniversario de su programa. Ay, el amor, qué caprichoso invento.
2. Hacen lo que sea por sus hijos.
La maternidad ha sido la cruz de Marta Ferrusola y María Teresa Campos. Mientras ellas trataban de mantener el tipo y trabajar para sacar adelante a la familia, sus vástagos aprovechaban la popularidad de sus apellidos para labrarse un buen porvenir -cada uno en su ámbito y salvando las distancias-. ¿Qué habría sido de los Pujol junior si no hubiesen tenido los contactos de su padre? ¿Y de Terelu si su madre no la hubiese contratado en todos sus programas? Nunca lo sabremos, pero seguro que tan lejos no hubieran llegado. Eso sí, Marta Ferrusola ya podía haber aprendido de la Campos y haberles dicho a sus hijos eso de 'por ahí no'. Que la maternidad no está para hacer la vista gorda.
3. Han rejuvenecido con la edad.
Tanto Marta Ferrusola como María Teresa Campos podrían haber protagonizado El curioso caso de Benjamin Button, o cómo parecer más joven con 70 que son 20. La renovación de estilismos, apostando por pantalones y looks más juveniles, el cambio de peinado, dejando atrás los cardados -más en el caso de la Campos que de la Ferrusola, que se mantiene firme a su corte de pelo- y los quilos de menos, han conseguido que la edad les haya sentado bien. También podríamos decir que tanto la una como la otra eran señoras mayores encerradas en cuerpos de jovencitas y que, con el paso del tiempo, se ha regulado su edad con su aspecto físico, pero tampoco vamos a ensañarnos. Como se pongan, se hacen un Interviú a dúo.
4. Se crecen ante la presencia de las cámaras.
Pocos profesionales del medio televisivo controlan las cámaras como María Teresa Campos. La veterana periodista ha pasado media vida en un plató y vive con pasión cada vez que se enciende el piloto rojo. Algo parecido a lo que le pasa a Marta Ferrusola. Las entrevistas que la ex primera dama dio mientras su marido se encontraba en el cargo no dejaron indiferente a nadie, pero incluso ahora, tras diez años alejada del foco de atención, no pierde ocasión cada vez que ve una cámara, ya sea para mandar a la mierda a los periodistas o para pedir que los detengan. No nos negarán que el directo 'le pone'.
5. Son las jubiladas más famosas del momento.
Mantenerse en la cresta de ola durante toda la vida es algo reservado tan sólo a ciertos elegidos. Marta Ferrusola y María Teresa Campos, como si de estrellas del Hollywood dorado se tratara, viven sus momentos más álgidos de popularidad en plena jubilación. Cuando tendrían que estar en casa, disfrutando de los frutos sembrados a lo largo de setenta años y malcriando a los nietos, prefieren vivir al límite, como si no hubiera un mañana. María Teresa y Marta, cual Thelma y Louise, conducen a toda velocidad y sin mirar atrás, como dos adolescentes en plena pubertad. El problema es que una parece dirigirse al altar y otra a un lugar mucho menos placentero. Haberlo pensado antes.
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