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A Ortega Cano le sienta bien la cárcel

Entrar en prisión es una de las experiencias más duras que puede vivir un ser humano, pero hay quien aprende de una situación como esta y sabe sacarle partido. Algunos se apuntan a cursos y otros deciden cuidarse. En este último grupo se encuentra José Ortega Cano, a quien hemos podido ver luciendo estilismo, ‘tipín’ y un nuevo tono capilar en unas imágenes obtenidas por Antena 3 cuando salía del centro penitenciario para disfrutar de un permiso.


José Ortega Cano disfruta ya de unos días de permiso penitenciario para poder compartir unos días de tranquilidad con su familia y las primeras imágenes que ha emitido el programa de Antena 3 Espejo Público no han hecho más que sorprendernos. A su salida de la prisión de Zuera, el diestro mostraba un look más juvenil que el que acostumbra a lucir: un cabello más oscuro, buena forma física y un vestuario que casi podría pasar por el de su hijo José Fernando.

Acompañado por Ana María Aldón a las puertas de la prisión, su cambio de imagen no se queda ahí. Ahora que las barbas están tan de moda, Ortega Cano, que cumple una condena de dos años de prisión por el homicidio por imprudencia al volante de Carlos Parra, se ha dejado una perilla que puede que sea el comienzo de una afición por el vello facial.

No hay más que fijarse en las dos imágenes que acompañan este artículo para darse cuenta del cambio. Es como en esos anuncios de productos de belleza donde hablan del ‘antes y el después’: en la de la izquierda, tomada un mes antes de su entrada en el centro penitenciario, se le puede ver lampiño, con la piel ajada y un estilismo tan anticuado como incomprensible. En la de la derecha, obtenida por los cámaras de Antena 3, el viudo de Rocío Jurado parece otra persona.

Sea como sea, estos serán unos días muy especiales para Ortega Cano. Durante seis jornadas podrá olvidarse de la rutina carcelaria para recordar las bondades de la vida en libertad y disfrutar de un poco de descanso junto a los suyos. Y, visto lo visto, no sería extraño que aprovechara para visitar algún estilista o personal shopper. ¡Como siga este ritmo, antes de acabar de cumplir su condena ya se habrá hecho todo un fashion victim!

 

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