Todo comenzó hace aproximadamente un mes: tras volver de un viaje a Bora Bora con una amiga, Mariló Montero se enteró de que estaban circulando por las redacciones de las revistas unas fotografías suyas en bikini y en topless tomadas durante su estancia en la Polinesia Francesa. Este lunes, tras la sesión judicial que ha tenido lugar en Madrid, explicaba en exclusiva a Marabilias sus sensaciones cuando conoció la existencia de las imágenes: “Se ha vulnerado mi intimidad. Es una humillación que estén por ahí fotografías mías en topless y no me voy a un sitio tan lejano y con tantas horas de vuelo para que me hagan fotos. Además, yo nunca he vendido mi vida, ni he cobrado por reportajes así”.
Inmediatamente, la periodista decidió ponerse manos a la obra para parar su difusión y publicación. El primer paso que dio fue solicitar a un juez medidas cautelares para que no se publicaran estas fotografías -de ahí la vista previa celebrada este lunes en un juzgado de Primera Instancia de Madrid-. A continuación, la agencia que la representa se encargó de enviar un comunicado a las redacciones donde se aseguraba que las instantáneas habían sido “tomadas subrepticiamente en lugar privado, la terraza de un bungalow que pertenece al único resort que existe en la isla, lo cual atenta contra la intimidad y propia imagen de la presentadora". En el comunicado, además, se advertía de que se tomarían medidas legales contra el medio que pretendiera hacerlas públicas y contra la agencia de fotógrafos que trataba de comercializarlas.
El atípico caso del topless de Mariló
Tras ello, ningún medio se atrevió a publicarlas. Diego Arrabal, director de la agencia Código Press -autora del reportaje-, comentaba este lunes a Marabilias que se sintió asombrado cuando recibió el burofax en el que les citaban “a una vista para unas medidas cautelares. Es una cosa muy rara porque eran fotografías en una playa, de un personaje público en una playa pública… Es muy extraño que estas cosas pasen”. Para su abogada, Mercedes Ruiz-Rico, el de Mariló es uno de esos casos excepcionales de famosas en topless en el que se va a contemplar si se toman medidas cautelares o no.
En el proceso han declarado Diego Arrabal, Gustavo González y, como testigo, uno de los vendedores de la agencia Código Press. Por la parte de Mariló estaba citado como testigo el director de la revista Lecturas, Luis Pliego, que no ha acudido por motivos laborales, así como uno de sus representantes, José Muro, cuya declaración no ha sido finalmente necesaria. Tampoco ha tenido que testificar la protagonista del reportaje. Según ha indicado su abogada, “la parte contraria había propuesto a Mariló para que declarara pero en el momento en el que se ha sentado, han dicho que renunciaban y han desistido porque se perjudicaban. Ellos no querían que el juez oyera la verdad”.
Diego Arrabal: "Por estar en topless el reportaje no se iba a revalorizar más"
Durante la vista previa y al acabar ésta, Diego no se ha cansado de repetir -acercándose también a comentárselo a Mariló- que la situación se podría haber llevado de otra manera sin tener que llegar a los tribunales. Según ha explicado, “conociéndonos, sobre todo el manager, lo lógico es hacer una llamada de teléfono: ‘¿tenéis estas fotos? Pues sí, son sólo 15 fotos en topless. Pues quítalas y no pasa nada’. No sería la primera ni la última vez que se hace. Si a ella le molesta realmente eso, nosotros lo quitamos. Tampoco se va a revalorizar mucho más el reportaje porque ella haga el topless porque el reportaje era las vacaciones de ella en Bora Bora”.
En declaraciones a Marabilias, Arrabal ha afirmado también que las fotografías más controvertidas eran una pequeña fracción del total: “El topless es un 5% del reportaje. Si hay mil fotografías, del topless puede haber 15”. Según Diego, toda esta serie de fotografías habría costado “1.000 o 1.500 euros”. De ser cierta, esta cantidad resultaría bastante irrisoria frente a otros topless de famosas, teniendo en cuenta además el desplazamiento hasta Bora Bora y toda la polémica que está suscitando.
La abogada de Mariló: "La Fiscalía nos ha dado absolutamente toda la razón"
Tras finalizar el juicio, la abogada de la periodista se ha mostrado muy contenta por cómo está yendo el proceso: “Hay que esperar a la resolución del juez, que será en unos cinco días, pero el Ministerio Fiscal nos hada dado la razón y ha considerado que era clarísimamente un lugar privado, que ella no consintió y que ella no sabía que se la estaban tomando las fotografías. Además, aquí no hay interés del público, si acaso hay interés del público o un interés a la comercialización y a obtener una cuantía económica. Se ha podido aportar unas fotografías que nos ha mandado desde el hotel hoy mismo y que prueban que era un lugar privado”. En referencia a Mariló, ha añadido que “ella se fue a la otra punta del mundo para preservar su intimidad y que no la fotografiaran. Ni siquiera se lo dijo a su gente más cercana porque no quiere que capten imágenes, e incluso cambió el destino tres días antes para que nadie lo supiera".
Mariló también se ha mostrado muy satisfecha: “De momento vamos bien. Yo creo que los abogados han hecho el trabajo perfecto y la defensa también. Yo estaba en un hotel exclusivamente privado. En bungalow privado, en una playa privada... hasta el agua es privada".
Los paparazzis reiteran que las fotos se captaron en un lugar público
Sin embargo, la parte contraria ha asegurado que se trataba de un sitio público. Para Diego Arrabal, “si el juez dice que no se puede publicar, no se puede, pero nos tendremos que dedicar a otra cosa todos. Si ya no dejan fotografiar a un personaje público en un lugar público, apaga y vámonos. Entonces va a desaparecer la prensa del corazón. Eso seguro y no sólo esa, también la política y todo lo demás. Cuando uno haga a un político saliendo de un juzgado porque venga por cualquier denuncia tampoco se le podrá hacer si él no te da permiso. Es muy complicado”.
El abogado de los paparazzi, José Manuel Vázquez, ha indicado que “el objeto de debate que se mantiene es si es un lugar público o no y como se ha aportado documentación por ambas partes, el juez tendrá que valorar si efectivamente la playa donde se hizo es un lugar público o un lugar recóndito, escondido y privado”. A esto, Diego ha añadido que “no por ser Bora Bora tiene que ser un lugar recóndito. Tú te puedes ir allí y te puedes ir al centro de Bora Bora y eso es como si te vas a Torremolinos”.
Ahora toca esperar la resolución del juez en estos próximos días que determinará, con las pruebas de las dos partes ya en la mano –las fotografías de los paparazzi de Mariló en Bora Bora y las imágenes del hotel-, si se trata de un sitio público o privado. De ser considerado un lugar público, el topless de Mariló podría salir a la luz en cuestión de días, aunque esto no quita que la periodista pueda interponer una demanda contra el medio que lo publique. Si se le concedieran las medidas cautelares y se prohibiera la publicación, Mariló podría crear un precedente para que otras muchas famosas comenzaran a hacer lo mismo.
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