Hay tres requisitos indispensables para convertirse en una modelo de fama mundial. Primero, tener una genética privilegiada que te permita despreocuparte de los excesos calóricos. En caso contrario, llegará un momento en que el cuerpo decidirá someterse a su propio metabolismo y acabará ocurriendo lo que le pasó a Alicia Machado, que ganó casi cuarenta quilos una vez coronada Miss Universo. Segundo, declarar que los únicos trucos de belleza infalibles son dormir ocho horas al día y beber mucha agua. Con eso parece ser que es suficiente para mantener un cuerpo escultural. Y tercero, ser descubierta por un cazatalentos en el supermercado, paseando por la calle o recogiendo la ropa del tinte, cualquier situación rutinaria es buena. Kate Moss, evidentemente, cumplió todos y cada uno de estos requisitos. Con apenas 14 años fue descubierta en el aeropuerto JFK de Nueva York al regreso de unas vacaciones. Empezó, entonces, una de las carreras más productivas de la historia de la moda, y también una de las más longevas -la mayoría de sus coetáneas hace mucho que colgaron los tacones, a excepción de Naomi Campbell que continúa muy en activo-. Pero los comienzos no fueron sencillos.
La aparición de Kate Moss a comienzos de los 90 abrió un gran debate sobre la delgadez de las modelos.
Aunque suene lejano a estas alturas, la aparición de Kate Moss abrió un gran debate sobre la delgadez de las modelos. Debemos tener en cuenta de que se trataba de los 90, la época de las supermodelos, donde el canon de belleza se situaba en Claudia Schiffer, Cindy Crawford o Elle McPherson, mujeres altas, corpulentas y de formas redondeadas. Kate, por el contrario, era una adolescente delgaducha, sin curvas y de ojos prominentes -lo que rápidamente empezó a denominarse heroin chic-, una belleza muy particular que se convertiría en la imagen de los vaqueros Calvin Klein. Se recuperaba así la dualidad entre redondez y delgadez que ya se había manifestado en los sesenta, con las voluptuosas estrellas de Hollywood a lo Elizabeth Taylor y las escuálidas modelos de Vogue como Twiggy o Veruschka. Pero Kate quedó al margen de toda esa polémica. Ni salió al paso, ni intentó justificarse. De hecho, es famosa -y seguramente falsa- la anécdota que atribuye a la modelo la frase “Nada sabe mejor que estar delgada” cuando el Consejo Británico de la Moda intentó luchar contra la talla cero en las pasarelas de moda. Aunque conociendo a Kate Moss todo podría ser posible...
Subasta en Christie’s
Desde entonces, no solo se ha convertido en una de las modelos más cotizadas de todos los tiempos, sino que ha pasado a ser un icono global, como Marilyn o Madonna. Kate Moss es un negocio en sí misma. Prueba de ello es la subasta que Christie's ha organizado con 58 obras protagonizadas por la modelo, desde algunas de las fotografías clave en su carrera, a pinturas o una escultura en bronce, el objeto más caro de la colección. Se trata de la primera subasta monográfica dedicada a un personaje vivo. “Kate es la musa moderna definitiva y podremos ver sus imágenes en los principales museos y colecciones privadas durante años. Ha alterado la percepción de las mujeres alrededor del mundo”, ha declarado Gert Elfering, el responsable del proyecto, “su imagen ha trascendido la fotografía de moda, o la fotografía, a secas, para alzarse con una entidad propia. Muy pocas modelos han conseguido algo así”. Y eso mismo debió pensar Hugh Hefner, el magnate dueño de Playboy, al ofrecerle a Moss la portada del número especial que lanzarán en el sesenta aniversario de la revista.
La portada de Kate Moss para ‘Playboy’ podrá verse en el número de enero de la revista.
No es la primera vez que veremos a la modelo desnuda. De hecho, la hemos visto en decenas de ocasiones. Puede que en ese sentido su portada no sea tan sorprendente como lo fueron en su momento las de Claudia Schiffer o Cindy Crawford, pero, sin duda, es la que mejor representa el espíritu de la marca Playboy. “Necesitábamos un icono global para celebrar el aniversario”, ha declarado Jimmy Kellinek, el director editorial de Playboy, “empezamos con Marilyn Monroe en la portada hace sesenta años, un icono para su tiempo. ¡Y ahora tenemos a Kate Moss! Ella es la compañía perfecta para ayudarnos a lanzar los próximos sesenta años”. El resultado podremos verlo en enero, justo unos días antes de que la modelo cumpla cuarenta años. ¿Y luego qué? ¿Con qué más nos sorprenderá Kate Moss? Pronto lo sabremos. Ah, por si alguien se lo pregunta, la modelo ha dicho no estará presente en la subasta, por si algún fan quería pasar a cotillear.
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