Me acuerdo mucho de una serie de televisión que contaba la vida de una familia que vivía estupendamente y en la que las mujeres nunca les preguntaban a sus maridos de dónde salía el dinero de los negocios. Se llamaba Los Soprano, pero es que yo creía que al ser de la familia real de España y depender tu estatus del dinero que con esfuerzo, te damos entre todos, la cosa sería más transparente.
¡Qué equivocada estoy!… Porque también creía yo que la Fiscalía Anticorrupción era un organismo público que velaba por el interés general, o sea, el interés de todos, para evitar que nadie con poder blanquease las sumas de dinero que tu querido marido, el duque empalmado según firma él mismo, ha blanqueado a través de esa red de empresas que tú, Cristina, aseguras no conocer.
Qué equivocada estoy…
También creía yo que en nuestro ordenamiento jurídico había una máxima: el desconocimiento de la ley no exime de su incumplimiento. Sin embargo, otra vez me he equivocado, porque depende de para quién. Los hay que no se enteran de nada y entonces los jueces los declaran incapaces (y ya no pueden hacer nada solitos); pero tú, ¡qué suerte tienes!, lo afirmas ante todos y todos se pliegan, te disculpan y te dan la razón: “Pobrecilla, ¿no veis que no sabía nada?”. Ni el juez Castro, que el pobre se plantó ante el fiscal y te imputó, ha podido contigo. Claro, es que no sabía que el fiscal, en tu caso, ejerce de abogado defensor… Pobrecillo, le ha pasado como a mí, se ha equivocado, pero con las distancias de que él conoce perfectamente la ley y yo sólo conozco el sentimiento del pueblo, que es al que pertenezco.
Tengo amigos a quienes, por avalar un crédito a un familiar y no poder cumplirlo a tiempo, el banco les ha quitado la casa y ahora, si tienen suerte, viven con amigos y familiares de hogar en hogar. Pero vosotros… no pagáis las deudas pendientes y tenéis la misma suerte: familia con casas por toda España …Y si no, amigos que os dan trabajo en el extranjero para que no tengáis que sufrir mucho con eso de los abucheos que este pueblo, al que pertenecéis, os espeta en la cara cada vez que os ve.
Qué suerte tienes, Cristina, de ser Infanta en España en el año 2013. Antes, y por mucho menos, corrieron a gorrazos a tus antepasados hasta dejarles en la frontera. Pero a ti, en el fondo, te deben querer mucho a pesar de tu duque. Yo creo que lo hacen sobre todo por tu padre, que a fin de cuentas, y aunque cace, ha pedido perdón públicamente a su pueblo y se ha redimido. En el fondo nos das envidia. ¡Jooooooo, Cristina, yo también quierooooo!
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