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El alcoholismo del padre de Rihanna, un drama muy familiar

El abuso del alcohol es un problema muy serio que viven millones de familias cada día, pero cuando eres una estrella del pop, cualquier dificultad que tengan los tuyos puede hacerse pública de la manera más incómoda. Eso mismo es lo que le ha pasado a Rihanna: vivió cómo su padre se emborrachaba y perdía los papeles durante la gran fiesta que la cantante daba en Los Angeles, por lo que acabó siendo expulsado.

En declaraciones recogidas por el diario británico Daily Mail, Ronald Fenty asegura que se tomó dos whiskys y que a continuación se cayó de una silla, tras lo cual unos agentes de seguridad le invitaron a abandonar el recinto. “Pero si aún no he visto a mi hija”, protestó Fenty, ante lo que le recordaron que era mejor que no montara una escena “que afecte a su hija”.

En el momento en que esto ocurrió Rihanna todavía no había llegado al evento, una fiesta de gala en la que se recaudaban fondos para una fundación benéfica que lleva el nombre de los abuelos de la cantante. Fenty cree que fue la madre de Rihanna quien vio la escena y pidió que fuera expulsado. Tras lo sucedido, siguió bebiendo hasta quedarse dormido, según ha confesado al Daily Mail.

Rehabilitación infructuosa

Los problemas de adicción de Ronald Fenty vienen de lejos, incluyeron en el pasado otras sutancias como el crack y en definitiva han causado numerosas dificultades a la hora de abordar las relaciones familiares. Rihanna ha tenido momentos de ruptura y reconciliación con su padre, aunque siempre ha vuelto para tratar de ayudarle. En noviembre del año pasado, después de otro episodio de borrachera, decidió ingresarlo en una clínica de rehabilitación en Malibú cuyo coste mensual ascendía a 58.000 dólares estadounidenses (unos 47.000 euros).

Tras su estancia, Fenty regresó a Barbados pero hacía viajes puntuales a Los Angeles cada tres meses para hacerse análisis. En su entrevista con el Daily Mail, en la que niega ser alcohólico, asegura que solo ha vuelto a beber este diciembre, durante su estancia en la ciudad californiana. Sobre su hija -a la que no ha podido ver en toda la visita- y la decepción que ésta se pueda haber llevado, trata de disculparse: “Solo puedo decir que lo siento. Soy yo el que está jodido”.   

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