Juntos, pero en solitario (al menos en lo que respecta a la presencia de líderes políticos y económicos). Así es como Rodrigo Rato y la periodista Alicia González contrajeron matrimonio el pasado 9 de septiembre, según avanza este martes el diario Abc. El exvicepresidente y la periodista se dieron el ‘sí, quiero’ en una ceremonia íntima celebrada en la finca de Rato de Carabaña, ubicada en la comarca madrileña de Las Vegas. En la lista de invitados, “solo familiares de ambos y un puñado de íntimos”, según una fuente citada por el diario.
Rato y González, cuyas fotos de vacaciones en un yate sorprendieron a la opinión pública este verano, deseaban mantener su enlace a salvo de cualquier mirada indiscreta, por lo que organizaron todo con un secretismo tal que uno de los hijos del ex director gerente del FMI ni siquiera pudo asistir al no estar en España el día de la ceremonia. Sí estuvieron las dos hijas de Rato y otros familiares, tanto del ex presidente de Bankia como de la redactora de El País. Ni rastro de miembros del Gobierno, del PP o de los círculos financieros de la capital.
La pareja celebró una boda peculiar: primero tuvo lugar una ceremonia civil, oficiada por un concejal carabañero. A continuación, para suplir la falta de una ceremonia religiosa, todos asistieron a una misa celebrada por un sacerdote amigo de la pareja. La novia iba vestida con un vestido corto con escote en pico en color blanco crudo y él llevaba un traje oscuro con camisa blanca.
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