La actitud de Rosa Benito tras ser expulsada de GH VIP no ha gustado a nadie. En lugar de reconocer sus errores -se esperaba una segunda parte de Belén Esteban y no ha llegado ni a intentarlo-, se ha escudado en que sus vídeos han salido muy poco y que sus defensores no han tenido ocasión de pronunciarse como es debido porque no han acudido a los platós tanto como otros. A eso se le llama mal perder. Nadie como Rosa Benito -o Raquel Bollo- para entender cómo funciona la televisión y actuar en consecuencia. Ante este desplante, lógico que los rumores apunten a que los responsables del programa y de la cadena no estén satisfechos con su actuación dentro de la casa.
Pero éste no es el único mal que acecha a la cuñada de Rocío Jurado. Rosa vuelve a Sálvame con todos los colaboradores en contra y con su historia personal muy tocada. El público ya no va a comprar otra vez que reavive su polémica con Amador Mohedano. Han quemado ya tanto ese cartucho que lo único que les queda es limar asperezas y organizar una nueva boda, pero ni así conseguirían que alguien se lo tomase en serio. Tampoco tiene mucho sentido volver a hablar de Ortega Cano -en un perfil muy bajo desde la salida de prisión- o de Rocío Carrasco. Y con esto, ¿qué le queda a Rosa de cara a ofrecer en un plató? Como mucho, la resaca de GH VIP con el enfrentamiento con Carlos Lozano, pero poco más.
Belén Esteban no reconoce a una Rosa que antes compartía confidencias
Además, sus compañeros de programa no están por la labor de ponerle las cosas fáciles. Todos esperan con ganas la llegada de la colaboradora con el rabo entre las piernas -muchos, puede que ella misma también, la veían como ganadora del concurso-, y ni siquiera su antigua amiga íntima, Belén Esteban, está dispuesta a ayudarla. Hace pocos días comentaba que no reconocía a Rosa, no al menos a la Rosa con la que compartía confidencias. Y por mucho que la Benito esté acostumbrada a lidiar en platós complicados, encontrarse sin ningún apoyo no debe ser sencillo. Tan solo la salida de Raquel Bollo, la única que puede ponerse de su lado, significaría una salvación.
Pero, ¿estamos ante el fin de Rosa como personaje? Desde luego que no. Lo mismo hemos dicho de Belén Esteban en numerosas ocasiones y la princesa del pueblo siempre termina ingeniándoselas -sin proponérselo, encima- para reinventarse y seguir llenando titulares y noticias. Puede que Rosa no se encuentre en su momento más álgido, puede que el culebrón de su matrimonio, del que se ha hablado largo y tendido, no dé para más, puede que tenga que buscar nuevos resortes a los que aferrarse, pero de ahí a vaticinar una despedida... Todavía es pronto para saberlo. En su mano está darle la vuelta a la situación y sacarle provecho.
Ojalá durante estos primeros días fuera de la casa a Rosa Benito le haya dado tiempo para reflexionar y se haya dado cuenta del error de su estrategia. Debería la colaboradora apelar a la sinceridad y reconocer que el momento de vivir los realities intensamente se lo dejó en Supervivientes. La Rosa que fue a la isla no tiene nada que ver con la de ahora y no pasa nada por reconocerlo. Con eso, seguro que se ganaría el aplauso del público y mitigaría un poco los ánimos de sus compañeros. Pero cargar contra los editores de los vídeos... No, Rosa, no, que ese cuento ya nos lo sabemos todos. Y tú deberías ser la primera no evitarlo.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación