Muchos aristócratas, ante la delicada situación que atraviesan, se están viendo obligados a vender o alquilar parte de su patrimonio. Además, en los últimos años, más que nunca, éstos utilizan su posición y relaciones sociales para casarse con las fortunas más importantes e influyentes del mundo. Con estas uniones de nobleza y fortuna, los aristócratas ya no tendrán tanto que preocuparse de cómo rentabilizar su patrimonio y los plebeyos obtendrán al casarse un título nobiliario que nunca podrían alcanzar de otro modo, a pesar de sus grandes fortunas.
La nueva princesa hippy de Mónaco
Uno de estos matrimonios es el que se celebra este mismo sábado, 31 de agosto, en Mónaco entre Andrea Casiraghi y Tatiana Santo Domingo. Andrea, segundo en la línea de sucesión al Principado de Mónaco, detrás de su madre Carolina de Mónaco; y Tatiana, una joven americana multimillonaria. Una unión que, sin lugar a dudas, preservará la estirpe de los Grimaldi.
Tatiana Santo Domingo, con solo 29 años, es ya heredera de una de las mayores fortunas de Colombia y del mundo. Su padre, Julio María Santo Domingo, que falleció hace dos años, era dueño, entre otras empresas, del holding Bavaria, la aerolínea Avianca, la petroquímica Propilco y varios medios de comunicación, llegando a controlar más de 100 compañías en todo el mundo. Su madre, la brasileña Vera Rechulski proviene también de una familia carioca con alto poder adquisitivo.
Tatiana está acostumbrada a vivir en diferentes ciudades y a moverse dentro del mundo de la jet set internacional, a pesar de su look hippy con el que también ha contagiado a Andrea. Entre las íntimas amigas de Tatiana se encuentran Marguerita Missoni, heredera del imperio Missoni; Eugenie Niarchos, hija de uno de los armadores más importantes de Grecia; y Dana Alikhani, socia de Tatiana en la empresa de moda online Muzungu sisters.
Las malas lenguas dicen que cuando hace años a Carolina le preguntaron por la novia de su hijo Andrea, ella contestó “es rica” y seguidamente dijo “además es guapa e inteligente”. Ahora entendemos el rostro de felicidad que mostraba Carolina de Mónaco durante estos últimos días en Saint Tropez, ante la ya inminente boda de Andrea y Tatiana. Un enlace que convertirá a Tatiana en la nueva princesa de Mónaco, título que será uno de sus principales activos.
Más alianzas entre fortunas y aristócratas
Otro enlace muy notorio fue el protagonizado por Luis Alfonso de Borbón y Margarita Vargas: una boda con más de 1.500 invitados que parece ser que superó el millón de euros. Margarita también cumple el requisito imprescindible para casarse con un noble, sin estar en posesión del título: ser heredera de una gran fortuna. Su padre ostenta una de las mayores fortunas de Venezuela.
La boda con Margarita le supone al duque de Anjou y pretendiente al trono de Francia entrar en un círculo social que no le ofrecía ni el ser hijo del fallecido duque de Cádiz ni el ser bisnieto de Franco. Y, también, a la familia Vargas esta unión le permite codearse con la realeza europea. Unos enlaces, los de nobleza y fortuna, que combinan perfectamente y en los que ambos obtienen su beneficio.
Para otras, como Máxima Zorreguieta, su matrimonio con Guillermo de los Países Bajos le ha llevado a convertirse hace unos meses en reina consorte de los Países Bajos, siendo la primera reina europea nacida en Hispanoamérica. Máxima, que hasta ahora tampoco ostentaba título alguno, es hija de Jorge Zorreguieta, secretario de Agricultura y Ganadería en Argentina durante la dictadura de Videla. Por este motivo se le prohibió asistir a la boda de su hija, ya que se le está investigando por su probable complicidad y participación en la desaparición y asesinato de los opositores al régimen militar.
Máxima conoció al que hoy es su marido Guillermo, rey de los Países Bajos, gracias a las amistades que la nueva reina tenía en el barrio de La Recoleta, un céntrico barrio residencial de los más caros de la ciudad de Buenos Aires. Su amiga Cynthia Kaufmann, que tenía muy buenas relaciones en la Gran Manzana, y amigos comunes con el entonces príncipe Guillermo, pensó al conocerle que a su amiga Máxima le podía gustar aquel chico. A partir de entonces hizo de celestina en la relación, hasta que Máxima y Guillermo se conocieron en una fiesta en Sevilla. Una historia de cuento que acabaría en boda real.
Obligada a casarse con un noble
Los casos de matrimonio entre nobles y millonarios se suceden a lo largo de los años. Sería interminable la lista de uniones entre aristócratas europeos con herederas americanas. Uno de los casos más curiosos ha sido el de la multimillonaria familia americana Vanderbilt durante la Edad de Oro.
Consuelo Vanderbilt, hija de un multimillonario dedicado a los ferrocarriles en Nueva York, cuenta en su biografía cómo su madre la obligó desde pequeña a formarse y aprender diferentes lenguas con el único fin de encontrar un noble con el que casarla. Cuenta que llegaba incluso a azotarla cuando tenía un comportamiento que ella consideraba que no era correcto.
Finalmente, tras pasarlo muy mal, fue obligada a casarse con Charles Spencer Churchill, IX duque de Marlborough y primo de Winston Churchill. Un matrimonio que no llegó a buen puerto, ya que Consuelo no tenía ningún interés en el duque. Eso sí, él recibió unos cuantos millones en acciones del ferrocarril por casarse con la señorita Vanderbilt.
A pesar de lo mal visto que estaba hace años que una persona sin título se casara con un noble, dado que era tratado como un intruso, la insistencia de las fortunas americanas por entroncarse con la aristocracia europea podía llegar a límites insospechados.
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