Por eso y porque la quiero un montón, todos los veranos no falto a la cita que en Guadalmina organiza Natalia Escalada, empresaria del sector de la comunicación, cofundadora de El Mundo y de la revista Tiempo, en su juventud personal assistant de Adolfo Suárez y para el común de los mortales la viuda auténtica de Julián Lago. El casoplón de estilo mozárabe, dicen que se consiguió con la indemnización que le dieron a Julián por La máquina de la verdad, se ubica muy cerca del Asador Guadalmina. Aquél cuyo propietario le echo un pulso al Gobierno de ZP diciendo que en su restaurante sí se podía fumar. Sin embargo, lo cierto es que la casa la compró ella pues es mujer de posibles.
Natalia, que es una gran anfitriona, concita en torno a su mesa todos los años a gente de peso pero sobre todo de interés. Así, el pasado ejercicio pude ver a Ignacio Bayón, el presidente de Realia, recitando a Machado, a José Luis Garci, hablando de cine o al prestigioso abogado José Manuel Serrano, cantando en francés. Acaba de ingresar en la Real Academia de jurisprudencia aclarando a los que tanto hablan del papel de la Monarquía en una sociedad democrática.
Este año, estos amigos no pudieron acudir pero sí otros muchos que también tienen cosas interesantes que contar. Así, el que fuera Embajador de Perú en España, Jaime Cáceres, me habló de los muchos negocios que están haciendo los españoles allí. De hecho, decidió colgar el sombrero con penacho de diplomático y se ha pasado al sector privado. He de confesar que prestaba más atención a su impresionante mujer, Marcela, que me desveló que la salsa peruana que nos preparó la había comprado en un súper.
En toda fiesta que se precie aparte de los Ferrero Rocher debe haber un italiano, postura ocupada por Gian Andrea, no confundir con Andrea el Gigante de la Princesa Prometida, un emprendedor de la Lombardía que va a abrir en Tarifa una fábrica de algas espirulinas, el futuro de la alimentación aseguró. Pues aunque tratamos fatal el mar, guarda sin duda la subsistencia humana en el medio plazo.
El traumatólogo Juan Garaizabal inspeccionaba todas las pupas de los presentes y comentó que su hijo, sí el que duró casado media hora con la noble bloguera María León, está en Qatar haciendo lo que mejor sabe, rehabilitar edificios históricos. Aún se recuerda su éxito en Berlín cuyas autoridades no querían que el hispano se fuera de su vera.
El que fuera asesor aúreo, por su valor, y aúlico, porque no tomaba una decisión sin consultarle, José Antonio Martín también acudió a la cena acompañado por su mujer Charo, que fue Lady España. José Antonio era el fontanero en la sombra de Mario Conde, tan es así que lo primero que hizo Mario al salir la primera vez de la cárcel fue reunirse con él.
El sector de los medios tenía entre sus representantes a Cristina Alzaga, directora de la revista AR, nunca entendí cómo una publicación puede llevar siempre a la misma persona en su portada, y a Rosa Villacastín, que acudía al día siguiente al Gran Debate para entrevistar en profundidad a Bibiana Fernández. El marido de Rosa, Miguel Larrea, uno de esos múltiples talentos que tenía Vocento y que prefirieron jubilarle, me dio unos consejos de mucha utilidad para nadar en las procelosas aguas de este santo oficio.
Escondido entre las buganbillas se encontraba Javier Esteban, el que fuera presidente de la aseguradora Aon Gil y Carvajal mientras que Irama Pradera me explicaba con todo lujo de detalles cómo se cogen las olas para surfear.
Irama es la dueña de la joyería Pradera de Bilbao, como Suárez, pero ellos han preferido centrar su expansión por Andalucía y seguir dando servicio a la oligarquía vasca.
Natalia, que cuida mucho su línea y que tiene las puertas abiertas al amor, nos ofreció una pechuguita de pavo, ensaladas y pastel de calabacín. Todo muy light pero que a alguno le dejó temblando. La sola llegada de la tarta de chocolate, el flan casero y los helados dibujó una sonrisa en el rostro de los asistentes.
Como decía una amiga, tacita a tacita, nos vamos perdonando el pago de otra cena que andan los tiempos muy revueltos.
En el diario de mi hotel, anotar que vi en la piscina a Aurelio Manzano, con braga naútica y a los maestros Amancio Fernández, histórico jefe de Economía del ABC verdadero, y a la periodista Paloma Barrientos.
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