Pablo Casado continúa su Gira de la Boina por la España vaciada. Esta vez el bolo ha sido en Matadeón de los Oteros, un pueblo de León de 236 habitantes, meticulosamente elegido por el perfume a estiércol que destilan los municipios con nombres compuestos. Allí ha recordado los tiempos en los que la gente del campo tenía que beber vino porque no había agua y desayunaban sopa de ajo, hecha con vino evidentemente, porque agua no había. Los pueblos están de moda desde que Ana Iris Simón reivindicase en ‘Feria’ los potajes de su abuela frente a los afters de Barcelona.
Las últimas encuestas que otorgan varios escaños a los partidos de la España vaciada han hecho recordar repentinamente al líder del PP , Pablo Casado, sus orígenes rurales. “Qué tiempos aquellos en los que no te miraban mal por pimplarte una botella de vino a las once de la mañana”, ha dicho Casado en su undécima rueda de prensa delante de las vacas. Nadie le dice que pare y al final se va a hacer daño esquilando una oveja. En la nueva sede del PP va a haber botijos donde antes había Solán de Cabras.
Mientras Pablo Casado sigue con su defensa de la ganadería, el consumo alegre de carne y la apología de la obstrucción de las arterias coronarias, en el conflicto ucraniano hay una especie de calma tensa que está dando tiempo a los tertulianos de Al Rojo Vivo a empollar sobre gaseoductos. Dicen que lo que molesta a Putin es que le pongan los misiles de la OTAN en su frontera, pero la verdadera provocación europea es que Eurovisión ahora empiece en enero y dure cinco meses.
Eurovisión es por definición la antítesis de Rusia: falsetes, purpurina e identidades de género fluidas. Una ofensa para un Putin que tiene pinta de ser como Pablo Casado en Matadeón de los Oteros, pero sin esforzarse. Al final el conflicto va a derivar en una especie de segunda Guerra Fría: esta vez el primero que llegue a Marte, gana.
De la Gira de la Boina, la II Guerra Fría y el nuevo Eurovisión XXL se ha hablado esta semana en Twitter, donde la favorita de los usuarios para acudir al certamen es Rigoberta Bandini y su canción ‘Ay mamá’, un alegato en defensa de las tetas y en contra de su tabú.
Y esta semana se ha desvelado uno de los grandes misterios de nuestro tiempo: por qué los jóvenes hacen botellón. El diario Las Provincias ha realizado un exhaustivo estudio y la mitad de los encuestados ha admitido hacerlo ‘para emborracharse’. La otra mitad no estaba en condiciones de saber / no estaba en condiciones de contestar. Gracias a Las Provincias, por hacernos seguir creyendo en el periodismo.