Sánchez visita este domingo el podcast La pija y la quinqui en un intento desesperado por atraer el voto juvenil, que muchos analistas creen que está decantándose por la derecha, quizá por ese impulso juvenil de desafiar lo establecido que ahora representa el Gobierno y el discurso políticamente correcto. Un ejemplo es el éxito del lema “Que te vote Txapote”, que demuestra que por mucho que presentes un programa coherente y estructurado, al final lo que decanta unas elecciones es que salga un desequilibrado en televisión con una rima irresistiblemente pegadiza. La izquierda se ha indignado con la rima por banalizar el terrorismo como si el humor no consistiese precisamente en banalizar cualquier cosa.
Mientras por un lado se indignan, por otro buscan su propio “Que te vote Txapote”. Rufián ha probado en Twitter con “Que te bote el narco del barco”, en referencia a la foto de Feijóo con Marcial Dorado. Yolanda Díaz ha pedido que Feijóo dé explicaciones de la imagen. Preguntarle a un gallego qué hace compadreando con un narcotraficante es como preguntarle a un andaluz qué hace durmiendo a las cuatro de la tarde o a un catalán qué hace subiéndose a una torre de catalanes. El contrabando es la industria que mantuvo en pie a Galicia hasta que llegó Amancio con las camisetas Oversize y los jeans de tiro alto.
El líder del PP ha tenido un ramalazo trumpista acusando a Correos de dificultar el voto por correo. Si el Gobierno hubiese querido que los votos no llegasen, habría contratado a Seur en vez de a Correos. No le hace falta esto a Feijóo viendo las encuestas, cuando ya el CIS casi le da grupo parlamentario. Las claves para que el PSOE le de la vuelta a las cuentas pasan porque encuentre su propio “Que te vote Txapote”, porque Zapatero deje de creerse un activo político y que Sánchez alargue su gira por el voto juvenil y el lunes se pase a echarse un Minecraft al Twitch de IlloJuan y el martes se pegue un baile en el TikTok de Marina Rivers.
Los hashtags de Tuitopía son #LaPijayLaQuinqui, #ElNarcoDeBarco y #QueTeVoteTxapote.
Y hay vida fuera de la política. Estamos en la semana en la que se echan las mejores siestas del año, esa en la que coinciden Wimbledon y el Tour.
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