Lightyear, el spin-off de Toy Story, se ha convertido por sorpresa en el estreno más polémico de los últimos tiempos porque dos mujeres salen dándose un pico. Suficiente para que hayan prohibido la película en 14 países, 13 musulmanes y 1 comunista. El comunista es China, los norcoreanos somos mucho más tolerantes y además no nos ha hecho falta censurarla porque ya están prohibidas todas las películas americanas.
El argumento que esgrimen los ofendidos con la película es que el beso lésbico, que dura exactamente medio segundo, emitirá rayos gays que homosexualizarán a todos los niños y, especialmente, a las niñas. Podría parecer un argumento débil teniendo en cuenta que por ejemplo en España, Telecinco ha tenido picos del 40% de audiencia y no hay un 40% de homosexuales, pero los hechos apoyan el discurso. María del Monte, una hetero consagrada, salió del armario ayer en el pregón del Orgullo de Sevilla, hoy se ha sabido que Isabel Pantoja recibirá el Premio Mr.Gay 2022 en el Orgullo de Madrid y sólo hace falta un vistazo rápido a Twitter para comprobar que todas las marcas han vestido sus logos con la bandera del arcoíris desde el estreno de Lightyear.
El mayor escándalo de Disney ha llegado en una película de animación sobre astronautas inspirada en una película de juguetes que cobran vida. No llegó con el príncipe Eric de La Sirenita, al que evidentemente le iba la zoofilia, ni con el rollo ‘furry’ de La Bella y la Bestia. Tampoco con el personaje de Lumière, el mayor icono gay de Disney. Un candelabro que literalmente perdía aceite. Ni con Mulan, una chica que se traviste de hombre para luchar en una guerra que termina ganando con un ejército de hombres travestidos de mujer. Habrían sido escándalos más evidentes, pero los ofendiditos son así de imprevisibles. Es probable que estos boomers que han protestado por la película luego llamen a los jóvenes 'generación de cristal' y en su día viesen Holocausto Caníbal en el cine. Pero un beso entre dos mujeres diseñadas por ordenador… por ahí no pasan. Todo tiene un límite. El beso sin lengua menos erótico de la historia ha sido el protagonista de las redes en una semana en la que los tuiteros han imaginado qué consecuencias puede tener la película de Pixar.
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