Estados Unidos se pregunta otra vez cómo pueden seguir los tiroteos en los institutos si el país se ha armado hasta los dientes por si aparece algún loco armado. No hay respuesta a ese misterio. Los estadounidenses son así: llaman socialismo a tener sanidad pública y libertad a colocar rifles al lado de los Doritos en el Wallmart. Y no tengo nada en contra de las armas disuarsorias, los norcoreanos tenemos comprobado que tener ojivas nucleares enriquecidas con uranio disminuye un 97% la probabilidad de recibir una invasión extranjera y además te dan ese puntito de canallita de barrio que gusta tanto, pero una cosa es desarrollar bombas atómicas para velar por la paz mundial y otra vender escopetas con los casettes del Fary en las gasolineras.
Van a tardar en reconocer el problema porque a los americanos no les gustan los cambios, son de cabeza cuadrada. Su última idea es prohibir que los reos condenados puedan recurrir sus sentencias, que luego algunos llevan razón y es mucho lío y mucho papeleo. Está claro que el Estado de Derecho está pasado de moda. En España ya han creado una figura política para arreglar los errores judiciales: Irene Montero. La ministra está siempre ahí para arreglar cualquier desaguisado que haga un tribunal y esta vez lo ha hecho mediante el indulto, esa figura controvertida desde que el pueblo eligió a Barrabás en lugar de a un tío que convertía el agua en vino. Montero aprobó ayer su Doctrina Mbappé ‘Sólo sí es sí’ y trabaja en otras ideas como no se dude de ciertas denuncias y se ahorren los procesos judiciales. No es nuevo en España, durante el franquismo, los jueces solían decir “Que pase el condenado” antes de que comenzase el proceso. En Estados Unidos miran con interés estas nuevas reformas judiciales y están probando sus propias fórmulas como el veredicto por hashtags, como en el juicio de Johhny Depp contra Amber Heard. El que tenga más comentarios positivos, gana. Por ahora va ganando el actor por el mero hecho de ser ‘el famoso’. La justicia a ojo siempre ha existido y no hay que engañarse, es más barata.
De los Columbines, la nueva justicia y los millonarios árabes (Mbappé y Juan Carlos I) han hablado los hashtags esta semana.
Y a colación del debate de las armas en Estados Unidos, hemos vivido un intercambio de tweets entre Pablo Iglesias y Espinosa de los Monteros que ha alterado ese remanso de paz que es normalmente Twitter. Espinosa citó en el Congreso la defensa del derecho a las armas que hizo Iglesias en La Tuerka hace diez años, este lo negó, y ahí se liaron a llamarse: nazi, cateto, jeta, pijiprogre, terrorista, gusano y explotador. Dejo al lector que intente encajar cuál corresponde a cada uno. A la actriz Ana Milán se le ocurre crear una encuesta preguntando si la gente aprobaría un pacto PP-PSOE en las próximas elecciones para dejar fuera los extremos. La inquisición ha encendido las antorchas.
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