Mémesis

Multa por no llevar el cinturón... en una moto y otras sanciones ridículas

 

  • Con la crisis y la nueva Ley Mordaza han aumentado el número de sanciones de la Policía, la Guardia Civil y las multas de la DGT.
  • Recogemos una colección de las más hilarantes que se han denunciado en los medios y Redes Sociales.

En el último informe anual de la oficina de la Defensora del Pueblo, Soledad Becerril, se lanzaba la alarma sobre el aumento significativo de las quejas y denuncias de los ciudadanos relativas a las sanciones de tráfico.  Hay muchas más sanciones y estas son más onerosas. El modelo de tráfico es solo un espejo de otras administraciones donde las sanciones también han aumentado considerablemente.

Solo hay que atar un par de cabos para darse cuenta que las políticas sancionadoras y la excesiva diligencia de agentes y máquinas van de la mano en periodos de crisis donde el afán recaudatorio es corriente de opinión pública y siempre se vuelve en contra de la administración.

Es entonces cuando los ciudadanos rescatan las denuncias más ridículas, las más injustas o aquellos casos aislados donde la aplicación de la normativa se hace o se vuelve imposible a manos de un agente despistado, policía o desconocedor del método sancionador.

Es el caso de Carlos Martín, un murciano sorprendido por la sagacidad de un agente en la Gran Vía de la capital del Segura. Carlos esperaba el verde en un semáforo con su Yamaha de gran cilindrada cuando, al iniciar la marcha, un agente de la Policía Municipal le paró e informó que se había saltado el semáforo. Carlos lo negó rotundamente.

Tras la típica discusión del sancionado con el agente —donde la palabra de una autoridad vale siempre más que la del ciudadano— el policía entregó la sanción y Carlos continuó su camino indignado y sabedor de su total indefensión.

Pero lo peor llegó cuando Carlos leyó los hechos denunciados. El agente —zagal y de los nuevos— según el sancionado, llevado por el nerviosismo o el calor de la disputa había equivocado o tergiversado los hechos para construir una denuncia absolutamente incoherente:

«No utilizar el pasajero del vehículo, mayor de 12 años y con altura superior a 135 centímetros, el cinturón de seguridad o sistema de retención homologado, correctamente abrochado».

Pero no solo los agentes humanos son los que fallan. A veces son unas máquinas peor programadas o mal supervisadas las que trabajan a favor de esta maquinaria recaudatoria de tiempos de crisis.

Multa por exceso de velocidad en un coche incapaz de circular

En tiempos de teléfonos inteligentes que contestan tus preguntas, de impresoras 3d que imprimen prótesis en tu propia casa, o de naves que se posan en cometas a 380 millones de kilómetros de la tierra todavía hay máquinas y escáneres mal programados incapaces de discriminar dos matrículas en menos de un metro. Si hay dos ¡LA DE ABAJO COÑO, LA DE ABAJO!

 

Este tipo de denuncia es un clásico no solo aquí sino en todo el mundo. Una grúa que recoge a un conductor. Un conductor que le pisa para llegar rápido al depósito o taller. Un radar mal programado que capta la escena para la posteridad. Unas risas al llegar la denuncia a casa…

Comerse las uñas es delito… cuando conduces

A veces la excusa para sancionar está un poco pillada por los pelos —o en este caso las uñas— Si bien es cierto que distraerse al volante es motivo denunciable, la subjetividad dejada en manos de los agentes construye denuncias hilarantes. Hay gente que se distrae con el vuelo de una mosca y otra que necesita de una deflagración atómica para quitar la vista de la carretera. ¿Quién decide?

Un conductor salmantino fue sancionado por comerse las uñas al volante.

Cualquier cosa puede distraerte al volante. Fuente: @37radares

Nunca te masturbes o gires la cabeza en el coche con un Guardia Civil cerca

Uno puede morderse las uñas sin perder ripio o poner en peligro a terceros por el simple hecho de utilizar o programar el destino en el navegador del coche. Hay convencionalismos que todos tenemos claro que influyen en el grado de concentración al volante. Usar el navegador, el smartphone, encenderse un cigarrillo, masturbarse… ¿PERDÓN?  

Un valenciano multado por usar su mano derecha a destiempo. Fuente

 

4000 euros por dormir en su camión

Lo que está claro es que la onerosidad de las sanciones ha aumentado. Esto no ayuda a calibrar el grado de peligrosidad de las conductas sancionables que ayudan a los conductores a comprender y respetar el sistema sancionador. Si te multan solo con 400 euros por ir a 180 pero con 4000€ si duermes en tu camión, el respeto por el sistema disminuye proporcionalmente al aumento de tu indignación.

Fuente: sietediasjumilla.es

Sanción por adelantar a un perro

Esta pérdida de respeto se va ganando poco a poco con la gran capacidad de algunos agentes para generar sanciones polémicas e hilarantes. Las redes sociales son un gran distribuidor de las multas más locas y divertidas y, a veces, solo se quedan con el titular. Antes no te enterabas cuando un agente de la Guardia Civil multaba con 200 euros a un paisano gallego por adelantar a un perro sin respetar la distancia de seguridad. Es lo que tiene aplicar estrictamente el artículo 85 del Código de Circulación:

“Adelantar fuera de poblado a peatones, animales o vehículos de 2 ruedas o tracción animal, dejando entre ambos una separación inferior a 1,5 metros o no utilizando el carril contrario de la calzada”

Dentro de un titular llamativo que retroalimenta el albedrío se esconden motivos sancionadores objetivos pero olvidados. “Dando un volantazo hacia el animal”— reza el atestado. En este caso, minipunto para los agentes.

 El sancionado con la denuncia. Foto de Ramón Leiro para lavozdegalicia.es

Multado por no llevar sus vacas en fila india

Pero otras veces no es así. Hay agentes que se toman muy en serio la regulación del tráfico aunque este no exista. Vilar Ousoño, Becerreá, es una aldea perdida en Lugo con un estrecho y único camino de acceso que comparten vehículos y animales en una difícil convivencia entre agricultura y modernidad. Nonito, un paisano ganadero que lleva —como sus antepasados— diariamente a sus 22 vacas a pastar utilizando la vía no salía de su asombro cuando a finales de este verano fue sancionado por la Guardia Civil con 80 euros porque: ”sus vacas ocupaban más de la mitad de la calzada” que une su pequeño pueblo con el resto del mundo. A pesar de llevar chaleco reflectante y perros con bozal los agentes exprimieron su exceso de celo para obligar a respetar la fila india en aquella recóndita vía de un pueblo perdido de la galicia rural.

La sanción al ganadero. Fuente: Campogalego.com

Cuando circules con un maniquí, mételo en el maletero

Otras veces la sanción es correcta y el exceso de celo se convierte en audacia de la autoridad. Hecha la ley hecha la trampa. Hay conductores que estrujan su cerebro para saltarse la norma por unos cuantos minutos de ahorro o céntimos de peaje. Célebre es el caso que hizo público la Dirección General de Tráfico en 2012 cuando sancionó a un conductor que circulaba por el carril BUS-VAO de la A6 madrileña (carril exclusivo para vehículos con dos o más ocupantes) por utilizar un maniquí como copiloto y así cumplir a rajatabla el reglamento. La guardia Civil no informó del tipo de relación o parentesco que tenía el conductor con su copiloto.

Cuando tu copiloto es de látex. Fuente: DGT, Ministerio del Interior

 

No solo el tráfico ha sido la excusa para aumentar el nivel sancionador. La entrada en vigor de la nueva Ley Mordaza nos ha traído sanciones otrora ridículas y a las que nos vamos a tener que ir acostumbrando en virtud del “bien común y la convivencia pacífica” según el propio lenguaje del ministerio. Juzguen ustedes.

https://twitter.com/luisgts/status/655748656683814912

    

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