Facebook tiene millones de perfiles falsos. Cuentas 'fake' fabricadas en masa para gestionar redes que luego venden visitas a medios. Sí, mucho tráfico que viene desde la red social de Zuckerberg se basa en engaños a incautos que pinchan enlaces imposibles desde el Messenger. Y eso vale dinero.
Mañana os pongo capturas de una conversación que estoy manteniendo con una fake del Facebook que ni Aaron Sorkin hubiera podido perpetrar.
— José Ortuño (@jose_f_ortuno) April 2, 2017
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El sistema es muy sencillo. Un perfil falso —generalmente adornado con fotos de jóvenes atractivas e irresistibles— te pide amistad en tu cuenta para entrar en tu red de amigos. Una máquina que aprovecha la API de Facebook, el sexismo y el ansia por acumular amigos para intentar engañar a miles de cuentas. Con una que pique basta. Una vez que alguien acepta la cuenta solicita amistad a todos sus amigos —si es amigo de tal, me fío— y el perfil falso acaba incrustado en tus redes. ¡Empieza la marcha.¡!
El siguiente paso es iniciar una conversación privada en el Messenger con todos los nuevos amigos [muchas veces a la vez] para captar tu atención, hacer que pinches en un enlace o, directamente, pedirte fotos para construir algún tipo de chantaje sexual. Todo ello usando conversaciones prediseñadas o tirando de traductor de Google. A pesar del esperpento muchos pican.
Es aquí donde el sevillano José Ortuño —director de 'The Extraordinary Tale', guionista en RTVE de 'Yo mono' o productor de 'Treintañeros', en Atresmedia— ha encontrado un filón. Una manera de desenmascarar a estas 'muñecas de trapo azul' con lo que mejor sabe hacer: hablar e imaginarse historias.
Él nos confiesa que lo hace solamente como distracción nocturna pero tiene algo de poético, algo de inspirador si se mira como entrenamiento para fabricar personajes imposibles.
Su última conversación con Henriette Chandelle —un perfil que ya ha sido eliminado— es una maravilla. El encuentro de una mente brillante aburrida con un mono aporreando el teclado. El contraste de un cineasta buscando juerga con un ladronzuelo iletrado disfrazado de Chanel. Nadie ha sido capaz de adivinar qué parte de Henriette es un robot y qué parte la un cateto gestionando mil cuentas en otros tantos idiomas... y ahí está su desgracia. Si cuesta distinguir a un humano de un robot es que, probablemente, no vales para nada.
Aquí la conversación. Es larga pero merece la pena sumergirse. Una trama entre Almodóvar y Berlanga. Para impacientes hemos señalado los puntos calientes, allí donde la carcajada la traba. Algunos son realmente míticos.
El hilo original puede leerse en Twitter y en Facebook. Disfruten.
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No es la única locura que ha maquinado Ortuño con esos perfiles falsos. En su Facebook se pueden encontrar más experimentos. Algunos de ellos lidiando con cuentas más peligrosas. Esas que buscan fotos tuyas para luego chantajearte. Cuando detectan que el incauto es bastante más listo que ellos huyen con el rabo (o lo que sea) entre las piernas.
Pero las risas nos las dejan.
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