¿Alguna vez te has preguntado qué estaba pensando Goya mientras pintaba al Dios Crono devorando a uno de sus hijos en las paredes de la Quinta del Sordo? Seguro que nada bueno… En realidad en una cuestión que apasiona a historiadores, marchantes y todo tipo de amantes del mundo del arte.
La relación del pintor con su obra engrandece el trabajo del artista, por eso las grandes obras clásicas están rodeadas de infinitas interpretaciones y leyendas que buscan adornar y aportar valor a un contexto que en la mayoría de los casos desconocemos. ¿De qué van a hablar sino los guías turísticos de museos y catedrales?
La red no podía dejar de imaginar —a su manera— cómo interpreta o vive esas obras. Todo vale. No basta con situarlas en contexto, sino utilizar el lenguaje contemporáneo y las anécdotas de ahora para dar sentido a una historia que, probablemente, todos desconocemos. Es la manera que tiene el talento de decir, —¡Eh!, artista,... me gusta tu trabajo porque me sugiere, me recuerda, me revive una experiencia propia.
Hay decenas de artistas que han utilizado pinturas clásicas o trabajos de otros para aportar, contar o revisar sus propias creaciones. Dentro y fuera del mundo del arte. Shakespeare inspiró el 90% de sus obras en cuentos o leyendas del pasado. Warhol era un maestro del revisionismo. Bob Dylan plagia sin escrúpulos… Pero todos ellos han sido o son genios. Convierten esta revisión en un arte en sí mismo.
Nosotros también hemos querido participar y aportar nuestro pequeño granito de arena a esta revisión de los grandes clásicos.
Y nos lo hemos pasado pirata.
La creación de Adán. Miguel Ángel. 1511
Una interpretación del artista contemporáneo Robin Doyle. Fuente
No es la única interpretación moderna del fresco de Miguel Ángel...
https://twitter.com/MarcosBL/status/448366201023246337
Retrato de la madre del artista. James Whistler. 1871
¿Es que nadie se ha preguntado qué estaba haciendo Ana Matlda, la madre de Whistler, en su famoso retrato? Nadie lo sabe, pero nosotros tenemos nuestra hipótesis. @Memesis_
En la puertas de la eternidad. Vincent van Gogh. 1890
Un pequeño detalle lo cambia todo. Obra del artista coreano Kim Dong-Kyu. Fuente
William-Adolphe Bouguereau. La virgen de los ángeles. 1881
El artista ucraniano Alexey Kondakov es especialista en colocar personajes clásicos de la pintura en escenas cotidianas de hoy. No es un corta-pega cualquiera, Kondakov respeta la luz, las sombras y la temática de la pintura original para ajustarla a la modernidad. En esta obra reinterpreta el acoso, el arte y la paciencia de los músicos callejeros del metro con los símbolos del arte clásico del XIX. Un genio.
Corriendo por la playa. Joaquín Sorolla. 1908
¿De qué huyen esos niños? ¿O están jugando?... todo depende de tus miedos. Interpretación del Joaquín de ayer con los miedos de hoy. @Memesis_
ECCE HOMO. Guido Reni. 1638
La tristeza de Dios tiene, por fin, una explicación. Se quedó sin el bote por una. @Memesis_
El Grito. Edvard Munch. 1893
Una de las obras que más quebraderos de cabeza ha dado a intérpretes e historiadores. La verdadera explicación de la escena es esta. Fuente
Saturno devorando a su hijo. Francisco de Goya. 1819-1823
Uno de los óleos (pintado originalmente sobre revoco y trasladado posteriormente a un lienzo) más intrigantes de la historia de la pintura. El gesto terrible de Crono, en realidad, se debe a la imperiosa necesidad de encontrar un enchufe para el móvil. Interpretación de Kim Dong-Kyu. Fuente
La maja vestida y desnuda. Francisco de Goya. 1790-1808
Ya tenemos explicación a la serie completa de las 'gitanas' de Goya. Fuente.
El beso. Gustav Klimt. 1908
Si entornas los ojos y observas detenidamente el cuadro de Klint puedes ver cosas que ni él hubiera imaginado. @Memesis_
Alenka. Vasnetsov Viktor. 1881
Victor Vasnetsov fue un pintor ruso especializado en temas mitológicos e históricos. A finales del XIX pintó a una joven que estaba sentado en una gran roca en la orilla de un estanque. Ella está mirando fijamente al agua, los ojos llenos de tristeza y dolor. ¿Por qué?... Hoy lo tendríamos claro. Fuente.
Los jugadores de cartas. Paul Cézanne. 1890-1895
No sabemos de qué hablaban los jóvenes en los bares a finales del XIX, lo que sí tenemos claro es por qué no hablan ahora. @Memesis_
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