Mémesis

Volcaning: La nueva moda que arrasa en las redes

El domingo al mediodía, el volcán Cumbre Vieja entró en erupción y sólo dos días más tarde ya teníamos a Lydia Lozano forzando un enfrentamiento con la guardia civil, en

  • Imagen aérea de la lava del volcán en La Palma. -

El domingo al mediodía, el volcán Cumbre Vieja entró en erupción y sólo dos días más tarde ya teníamos a Lydia Lozano forzando un enfrentamiento con la guardia civil, en directo en Sálvame. Con España, a nivel de espectáculo, es muy difícil competir. Tiene algo de Springfield, la ciudad de Los Simpsons, en eso de que al lado de cada catástrofe, a los cinco minutos, aparezca un puesto de perritos calientes. Y es que las tragedias son las SuperBowls de los españoles, en unos días puedes ver a una ministra felicitándose por el atractivo turístico de la erupción mientras la lengua de la lava arrasa pueblos enteros, o a Susana Griso caminar tres metros por delante de la lava, explicando que cualquier acercamiento a menos de un kilómetro es una temeridad.

En una de las laderas de la isla han colocado un photocall para que vayan pasando por orden las autoridades. Primero el presidente del Gobierno, que pone brazos en jarra y gesto de preocupación; luego el jefe de la oposición, que recuerda que con Rajoy no estalló ningún volcán, y finalmente los Reyes, que son quienes más entrenadas tienen las muecas de consternación. Finalmente aparece Toni Cantó, director de la Oficina del Español, que da una rueda de prensa explicando las diferencias entre La Palma, Las Palmas (ciudad), Las Palmas (provincia) y Palma de Mallorca, fácilmente confundibles por la similitud fonética entre balconing y volcaning, sus grandes atracciones turísticas. La lengua del volcán ha arrasado también en Twitter, donde se ha hecho viral la reacción de un palmero durante la erupción, diciendo “Hay tiempo de comer, hay tiempo de comer sin problema”, mientras la familia se ponía nerviosa por cuatro explosiones volcánicas de nada. El volcán ha sido el rey de los viejos y los nuevos medios de comunicación esta semana.

Y fuera del magma tenemos la guerra entre Laporta y Koeman, al que el primero no puede ver ni en pintura pero tampoco puede pagarle el finiquito, que desmonta el mito de que en España es fácil despedir a un trabajador. Las reacciones políticas no se han hecho esperar: Vox ha dicho que lo de Koeman es una okupación de manual y además, como no, efectuada por un extranjero. Pablo Casado le ha echado la culpa a Sánchez de las cuentas del Barcelona y Podemos asegura que la gestión de Koeman es brillante, pero en España se criminaliza el extranjero y al catalán.

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