Combina el motor diesel de cinco cilindros y 2,4 litros con un motor eléctrico situado en el eje trasero que aporta otros 70 CV extras y, sobre todo, la posibilidad gracias a la recarga de las baterías a través de la red eléctrica convencional de poder circular en ciudad en modo de consumo y emisiones cero, en completo silencio además. Aunque anuncia 50 kilómetros de autonomía en este modo de conducción denominado “Pure”, nosotros no hemos podido sobrepasar los 40 kilómetros en ciudad antes de agotar las baterías y empezar a funcionar con el motor de combustión.
Eso sí, es este modo cien por cien eléctrico los 70 CV rinden de modo muy satisfactorio y permiten incluso llegar hasta los 120 km/h de velocidad. Es, quizás, la única justificación de un precio que ronda los 60.000 euros y que suponen frente al mismo V60 con motor diesel de 215 CV una diferencia difícil de justificar calculadora en mano por mucho que en conducción urbana aporte consumos sensiblemente más bajos si tenemos en cuenta los kilómetros que puede recorrer sin consumo de carburante.
Porque una vez agotada las baterías, o al salir a carretera, el V60 híbrido ya no aporta las ventajas que sí disfrutamos mientras tenemos reservas de energía eléctrica. Eso sí, el motor eléctrico sigue aportando un extra de potencia al diésel, sobre todo al seleccionar el modo “Power”, momento en el que entre ambos llegan a rendir más de 300 CV para lograr un elevado nivel de prestaciones, aunque con el lastre de unos 250 kilos extras de peso fruto del complejo sistema híbrido.
El rendimiento en carretera es sin duda brillante, con un funcionamiento extremadamente suave en todo momento y una gran facilidad para moverse a muy alto ritmo con facilidad. Los consumos en estas condiciones se mueven ya por encima de los siete litros, cifra que sigue siendo buena aunque debido a un depósito de combustible de menor volumen, la autonomía difícilmente llega a los 600 kilómetros.
Lo que sí requiere una cierta adaptación son los frenos, con un tacto inicial difícil de modular cuando se frena con suavidad y una transición entre el modo de frenada regenerativa y la frenada convencional que, sobre todo en los primeros momentos, resulta algo brusca. Una vez hechos, la potencia de frenada sin duda resulta brillante. Con mayor peso que el V60 diésel de 215 CV, la puesta a punto de las suspensiones sí resulta en este híbrido más sensible al estado del asfalto. Confortable en términos generales, no ofrece la precisión y la eficacia en curva de aquél a velocidades algo elevadas, y los baches y badenes de las carreteras se sienten desde dentro en mayor medida. No es un deportivo ni pretende serlo, pero sobre el asfalto no ofrece el equilibrio dinámico del V60 “convencional”.
¿Y los 1,8 litros de consumo que anuncia? Pues si te lo propones, cargando las baterías al máximo y realizando una cuidadosa conducción en ciudad, puedes acercarte a esos registros, aunque en el día a día no es fácil bajar de los cinco litros de media.
FICHA:
DATOS COMERCIALES:
Modelo: Volvo S60
Versión: Plug-in Hybrid AWD
Precio: 57.000 euros
DATOS TÉCNICOS
Motor: 5 cil. en línea + Eléctrico con baterías de litio
Cilindrada: 2.401 cm3
Potencia máx.: 215 CV a 4.000 rpm + 68 CV
Par máximo: 440 Nm a 1.500 rpm
Tracción: Total permanente
Caja de cambios: Autom. de 6 vel.
Dimensiones: 4,63 / 1,86 / 1,48 m
Peso: 1.961 kg
Depósito de combustible: 45 litros
Capacidad del maletero: 300 l.
PRESTACIONES
Vel. máxima: 230 km/h
Acel. 0 a 100 km/h.: 6,1 seg
Consumo en recorrido de pruebas: 7,7 l/100 km
Autonomía en carretera: 584 km.
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