El Gobierno francés y los principales bancos del país buscan soluciones para que la filial financiera de PSA Peugeot Citroen, Banque PSA Finance, recupere su acceso al mercado de capitales, penalizado por la situación del grupo automovilístico. El Ministerio de Finanzas y el Tesoro dirigen las negociaciones con BNP Paribas, Crédit Agricole, Natixis y Société Générale, y que podrían concretarse en una solución "en los próximos días", según explica este miércoles el diario Le Figaro.
El plan de salvamento organizado por el Gobierno francés se basa en tres mecanismos; uno consiste en que los bancos acreedores aplazarían el pago de 4.000 millones de deuda que arrastra la filial financiera de PSA; y los otros dos pasan por el compromiso de aportar nuevos créditos (se habla de 1.500 millones de euros) y una garantía estatal que avalen los 4.000 millones de euros.
Golpe de las agencias de calificación
Los riesgos que pesan sobre la estructura financiera tienen que ver con la reciente rebaja de la nota de las agencias de calificación al grupo PSA, que si se trasladara a BPF le provocaría dificultades para atraer capitales en el mercado a un costo asumible.
Esta es una cuestión clave para el fabricante francés, ya que el pasado año la filial bancaria financió 843.800 vehículos de los 3.549.000 vendidos por las dos marcas, Peugeot y Citroen.
La dirección del fabricante de automóviles estudia "diferentes opciones" para "mantener un nivel de financiación suficiente" de su filial bancaria, Banque PSA Finance (BPF), pero se desconocen cuáles son esas opciones ni los actores implicados.
La estructura de financiación de sus clientes tiene un alto nivel de solvencia (un 13 % del core tier 1) y "de rentabilidad", puesto que el pasado año aportó 532 millones de euros de resultado operativo, y en los primeros seis meses de este ejercicio 271 millones.
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