Audi inició la aventura del Rally Dakar el año pasado y lo hizo con un apasionante debut, logrando nada menos que cuatro victorias de etapa con tres pilotos diferentes. Una muestra a las primeras de cambio de que la marca alemana va en serio, y que a la inminente edición 2023 llega con el nuevo RS Q e-tron E2 dispuesto a luchar por la victoria final. Y Carlos Sainz, es sin duda uno de los más firmes aspirantes.
El nuevo modelo de Audi para conquistar la prueba más dura del mundo, el Rally Dakar, responde a un reto tecnológico, sin duda cuando menos atrevido, y ha sido desarrollado partiendo lógicamente de la mucha experiencia adquirida el año pasado en su debut en la mítica prueba. Un nuevo RS Q e-tron E2 que se hace evidente sobre todo lado a lado la versión de 2022 respecto a la cual, como señala su diseñador Axel Löffler, no conserva ni una sola pieza en común.
Así, el nuevo RS Q e-tron E2 luce una carrocería con una silueta más estilizada, con un frontal más afilado, al igual que su zaga, que ahora queda prácticamente desnuda y prescinde de la aleta de tiburón trasera tras la enorme entrada de aire sobre el techo.
Visto desde arriba queda claro enseguida el notable adelgazamiento que ha recibido especialmente en la zona de la cabina y las puertas, justo tras el paso de rueda delantero, estrenando además nuevas aberturas en la zona del capó delantero.
Todos estos cambios han permitido reducir en un 15% la resistencia aerodinámica respecto a su predecesor, además de aligerarlo para acercarlo al nuevo peso mínimo de la categoría de 2.100 kilos, lo que ha permitido de paso rebajar el centro de gravedad. La velocidad máxima se mantiene, por normativa, limitada a 170 km/h.
Por lo que al sistema de propulsión se refiere, Audi mantiene sus dos motores eléctricos con autonomía extendida gracias al empleo de un motor de gasolina procedente de los Audi del DTM que actúa sólo como generador de las baterías de 52 kWh que alimentan el tren motriz. El resultado, casi 400 CV de potencia para volar sobre la arena del desierto. Se ha trabajado, eso sí, en un nuevo software para mejorar la gestión de la energía, buscando una mayor eficiencia y una entrega de la potencia sea más regular que facilite la conducción en los tramos más complicados.
Duras pruebas
Para poner a punto su espectacular propuesta para tratar de conquistar la próxima edición del Rally Dakar, la última fase se llevó a cabo en Marruecos con una prueba de larga duración. A sus mandos, Carlos Sainz, Mattias Ekström y Stéphane Peterhansel, quienes pudieron así conocer profundamente la evolución del nuevo Audi en condiciones desafiantes.
Un plan de desarrollo que contempló nueve días de pruebas para que cada piloto y copiloto pudiera trabajar con el RS Q e-tron E2 durante tres jornadas con dos objetivos destacados: desarrollar la evolución para el Rally Dakar y que los pilotos y copilotos se familiarizaran con las mejoras. La reducción de peso respecto al RS del año pasado es uno de los avances logrados que permite nuevas oportunidades para los reglajes de la suspensión.
Unas jornadas de pruebas en Marruecos en las que se encontraron con unas condiciones excepcionalmente duras para todo el equipo, con temperaturas extremas superiores a los 40 grados que llevaron al límite tanto al coche como a pilotos y copilotos, todos ellos positivamente sorprendidos por la reducción de peso del nuevo RS Q e-tron con propulsión eléctrica.
Y es que además de ser más ligero, se ha trabajado en una distribución de pesos más favorable que hace que el coche resulte más ágil y más fácil de controlar. Unas duras jornadas de pruebas que llevó a Audi Sport a completar más de 4.000 kilómetros en Marruecos que, junto con las pruebas que se realizaron anteriormente en Europa, ha hecho que el RS Q e-tron E2 haya recorrido más de 6.000 kilómetros antes de afrontar el reto de conquistar el Dakar con un turismo con motor eléctrico.
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