Motor

El motor mueve ficha para conseguir el tercer plan de ayuda para comprar coche

Fabricantes, concesionarios, importadores... Todos temen que las ventas se paren después del verano, momento en el que está previsto que se agoten los 150 millones de ayuda publica que dio Industria el pasado mes de febrero (PIVE-2). 

El temor a que se desplomen de nuevo las ventas de coches después del verano sobrevuela en el sector automovilístico, ya que se calcula que para septiembre se agoten los fondos del plan de ayudas públicas a la compra del coche nuevo (PIVE-2). Un ritmo de unas 1.000 reservas diarias parece que es el argumento suficiente para que fabricantes, concesionarios e importadores estén empezando a mover ficha para conseguir dos cosas: primero, que llegue el tercer plan de ayudas a la compra del vehículo; y segundo, y muy importante, que entre de forma simultánea cuando se agote el actual. 

En este contexto, y con el fin de atar las negociaciones antes del verano, el sector ya "ha tenido una aproximación con el Gobierno", según explican fuentes conocedoras, y "dan por hecho y confían en que el Gobierno asignará nuevos recursos para el estímulo de la demanda de coches nuevos", añaden.  

"No podemos permitir que haya otra interrupción de las ventas como sufrimos en enero"

"No podemos permitir que haya otra interrupción de las ventas como sufrimos en enero", dicen desde una de las patronales, en referencia al parón y la incertidumbre que vivió el sector el pasado mes de enero -los fondos del PIVE (75 millones de euros) se terminaron el pasado 10 de enero, pero el Gobierno no inyectó nuevos recursos (el doble, 150 millones) hasta tres semanas después (4 de febrero).

No obstante, fuentes oficiales de las patronales consultadas se desvinculan de este movimiento. Aunque dicen que no les consta, otras fuentes creen que esto responde a que ahora no toca anunciar este posible impulso de las ayudas públicas. Primero, porque tendrían un efecto contrario, es decir, si el consumidor tiene la seguridad de que hay ayudas a largo plazo, el ritmo de las ventas se paralizaría; y segundo, porque la autoría del posible anuncio corresponde al Gobierno, y no al sector. 

Por ello, con un plan de ayudas en marcha aún, no interesa contar que se están creando las bases para una nueva renovación del PIVE. Al contrario. En los últimos días, una de las patronales del sector, la más fuerte, dijo púbicamente que desconfiaba de que el Gobierno renovara de nuevo el PIVE debido a las limitaciones presupuestarias. "Aprovecharlo -en referencia al plan actual- y sacarle beneficios cuanto antes", decía su presidente. Además, rebajó las previsiones anuales de venta de coches y estimó un recorte del 4%, hasta 670.000 unidades, en vez de mantener el nivel de 2012 (casi 700.000) como había planeado hasta ahora; y todo ello, lo enmarcaba en un "contexto económico complicado, con un PIB cayendo con fuerza y de mínimos históricos en el consumo privado".  "¿Son mensajes a Industria? ¿Se está justificando así la llegada de una nueva ayuda del Gobierno?", comentan en el sector. 

Ahora no interesa hablar de posibles nuevas ayudas, porque el consumidor retrasaría de nuevo su intención de compra

Aunque las ayudas públicas, por ahora, no están dando la vuelta a la tendencia negativa en venta de coches que arrastra el sector desde hace más de dos años, lo que defienden las patronales es que son necesarias porque están estimulando parte de la pequeña demanda que cuenta con capacidad adquisitiva (el acceso al crédito sigue siendo difícil y caro) y con una necesidad de cambiar de coche en tiempos de crisis. Además, el mes de mayo podría traer buenas noticias. En los primeros veinte días, se están vendiendo unos 3.000 coches más de lo previsto, según cálculos de MSI, y las ventas están creciendo por encima del 4%, con un tirón especial por parte de las operaciones que realiza el 'Rent a Car', frente al desplome de las operaciones por parte de 'Empresas'. 

Además del interés del sector por conseguir nuevas ayudas de estímulo a la compra de coches, lo cierto es que al Gobierno también le interesa apoyar al sector. Aunque no se puede saber si el Gobierno gana o pierde con el PIVE vía impuestos (¿cómo se calcula la demanda añadida? ¿cuantos consumidores han comprado un coche alentados por los 1.000 euros de ayuda del Estado? ¿cómo saber si la recaudación fiscal de esta demanda añadida es mayor a la ayuda asignada?), las ayudas públicas son un gesto de apoyo al sector. Y sobre todo, un gesto hacia los fabricantes, gigantes multinacionales que están garantizando miles de puestos de trabajo y anunciando inversiones de más de 3.000 millones en España. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, lo dejó claro en el reciente Salón de Barcelona: "Se seguirá apoyando al motor. Habrá nuevas ayudas, si hay presupuesto". 

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