La industria de automoción alemana obtuvo menos beneficios antes de impuestos en el primer semestre del año, en concordancia con la debilidad de la industria automovilística en el plano internacional. Según un estudio de la consultora EY revisado por la agencia alemana DPA, en conjunto, los fabricantes Volkswagen, BMW y Mercedes-Benz obtuvieron un beneficio operativo (ebit) de 25.900 millones de euros de enero a junio, es decir un 18% menos que en el mismo periodo del año anterior.
La consultora EY analizó las principales cifras financieras de los 16 mayores fabricantes de automóviles del mundo para elaborar este estudio, y encontró que, en comparación con el mismo periodo del año anterior, la facturación de todos los grupos empresariales aumentó un 3,7%, hasta superar ligeramente el billón de euros en el primer semestre del año.
Sin embargo, con 80.400 millones de euros, los beneficios antes de intereses e impuestos (ebit) fueron un 7,8% inferiores a los del año anterior.
Los fabricantes de automóviles de Japón fueron los que salieron mejor parados según el estudio, con un aumento de los beneficios de alrededor del 37,1% y un crecimiento de la facturación del 14,2%. Esto se debió, según el informe, a la continua caída del valor del yen, que abarata los productos japoneses en el extranjero y genera ganancias por el tipo de cambio.
El observador de mercados de EY, Constantin Gall, señala que el crecimiento de los beneficios de los fabricantes japoneses basado en los efectos de las divisas oculta la peor situación de los beneficios de la industria automovilística.
"La mayoría de los demás fabricantes se enfrentan a fuertes pérdidas", explica el experto. "En vista de las elevadas inversiones en electromovilidad, los problemas de suministro de componentes, los problemáticos cambios de modelo y las campañas de descuentos, los beneficios se verán aún más presionados", añade.
Sin indicios de mejoría
Asimismo, según EY, la rentabilidad de los grupos automovilísticos se vio presionada en el primer semestre. El margen ebit medio, que expresa la relación entre el beneficio de explotación y las ventas, cayó un punto porcentual, hasta el 8%.
Con un 13,1%, el surcoreano Kia fue el fabricante de vehículos más rentable, por delante de las automovilísticas alemanas Mercedes (10,9%) y BMW (10,8%), que vieron caer sus márgenes en comparación con el año anterior.
Gall apunta que no hay indicios de una rápida mejora, ya que la economía se está debilitando y la disposición de los clientes a comprar es baja. El experto agrega que a ello se añade el incierto futuro del motor de combustión y problemas de origen interno, como los costosos fallos de software.
Según el experto, los fabricantes se enfrentan ahora a difíciles decisiones de inversión en esta situación mixta. "¿Deben seguir invirtiendo sumas considerables en el desarrollo de nuevos vehículos eléctricos o concentrarse en los modelos con motor de combustión, que actualmente tienen mucha más demanda?", se ha preguntado.
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