La más que posible salida del Reino Unido de la Unión Europea sin alcanzar un acuerdo ha llevado a la industria automovilística europea a advertir de las consecuencias catastróficas que de ello se derivaría, y que afectaría tanto a la propia industria como a los consumidores. Una industria que se une para mostrar su oposición a un brexit duro a falta de apenas un mes para que el Reino Unido abandone la UE, y que ha hecho que la potente industria del automóvil haga un llamamiento unánime para que el Reino Unido y la UE eviten esa salida sin acuerdo.
Las principales organizaciones que representan tanto a los fabricantes de vehículos como de piezas de recambio de toda la UE, la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA) y la Asociación Europea de Proveedores de Automóviles (CLEPA), así como 21 asociaciones nacionales, entre ellas la Asociación Alemana de la Industria del Automóvil (VDA), el Comité de Fabricantes Franceses de Automóviles (CCFA), la Sociedad de Fabricantes y Comerciantes de Automóviles (SMMT) y la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC), han unido sus fuerzas para subrayar el impacto que un Brexit duro y sin acuerdo podría tener en uno de los activos económicos más valiosos de Europa.
Y es que la industria del automóvil es una de las de mayor peso en la UE y contribuye en gran medida al crecimiento y a la economía de los países. Produce más de 16 millones de automóviles al año y emplea a cerca de 14 millones de personas., uno de cada 16 trabajadores de la UE. Para ello ha sido fundamental la profunda integración de la industria, en términos de mercados, comercio y proveedores, que ha tratado de maximizar los beneficios de un único mercado y de la unión aduanera en beneficio de las empresas de toda la UE.
Los representantes de la industria europea han advertido de que las repercusiones del brexit sin acuerdo en este importante sector serán muy graves. La salida del Reino Unido de la UE sin un acuerdo provocaría un cambio radical en las actuales condiciones comerciales, con miles de millones de euros de aranceles, que amenazarían con afectar a la competitividad y asequibilidad de la industria y a las posibilidades de elección de los consumidores a ambos lados del Canal. El fin del comercio sin barreras podría suponer una grave alteración de la cadena de producción just-in-time actual de la industria. Solo un minuto de interrupción de la producción en Reino Unido podría costar casi 55.000 euros.
Además, los aranceles de la OMC sobre automóviles y furgonetas podrían añadir 5.700 millones de euros a la factura colectiva del comercio de automóviles entre la UE y el Reino Unido, lo que elevaría consecuentemente el precio de los vehículos para los clientes en caso de que los fabricantes no sean capaces de absorber este coste adicional. Los fabricantes de automóviles consideran que deben evitarse tales trastornos y costes, y hacerse todo lo posible para que el Reino Unido salga de la UE de forma ordenada.
Caída de nuestras exportaciones
Porque la industria automotriz europea está altamente integrada, con cadenas de suministro que cruzan múltiples países. Un brexit sin acuerdo provocaría que, inmediatamente, Reino Unido ya no sea parte de los acuerdos comerciales y acuerdos preferenciales de la UE con unos 30 países, incluidos Turquía, Sudáfrica, Canadá, Japón y Corea del Sur. Así, las piezas y bienes de los proveedores del Reino Unido ya no contarían como “Contenido originario de la UE” a efectos de las normativas de origen y sus acuerdos. Potencialmente, esto dificultará que los fabricantes europeos tengan acceso a los términos preferenciales de los acuerdos comerciales de la UE. Además, un brexit sin acuerdo haría que el mercado de la UE fuera más pequeño y potencialmente menos atractivo para los socios comerciales internacionales.
En lo que a España se refiere, Mario Armero, vicepresidente ejecutivo de ANFAC, señala: “Nuestro país es principalmente un exportador neto de vehículos a la Unión Europea, y la industria automotriz española vende dos tercios de su producción fuera de nuestras fronteras. El Reino Unido es uno de los principales mercados para estas ventas y, desde que se votó el Brexit, las exportaciones han caído exponencialmente. El establecimiento de aranceles y barreras comerciales nos preocupa y perjudica la competitividad de nuestras fábricas y el desarrollo de nuestras cadenas de suministro altamente integradas. Un Brexit "sin acuerdo" empeorará aún más este comercio y dañará toda la cadena de producción, en España y en Europa”.
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