El caos en los exámenes de conducir de la DGT es total, y afecta a más de 300.000 alumnos de las autoescuelas españolas que están en espera de poder realizar las pruebas de conducción para, en muchos casos, optar a un puesto de trabajo que requiere el permiso de conducir y que se pierden por no haber podido realizarlo. Son casos como el de José, residente en Alcorcon (Madrid) de 34 años, que lleva cinco meses en el paro y que lleva casi tres meses de espera para poder examinarse y sacarse el permiso de conducir que le habilite para conducir un camión. “Recibí una oferta de trabajo como transportista y me apunté a una autoescuela para poder sacarme el permiso, pero no me he podido examinar todavía. En la espera he perdido el trabajo que me ofrecieron porque la empresa no podía esperar más y ha contratado a otra persona”.
Luís, propietario de varias autoescuelas en Barcelona, reconoce que “no se hacen exámenes, aquí en Barcelona hay un colapso de varios meses y no podemos aceptar nuevas matriculaciones. Estamos perdiendo mucho dinero y no voy a tener más remedio que comenzar a despedir a trabajadores porque esta situación es inaguantable por culpa de la Administración General del Estado”.
Y es que la falta de examinadores está dejando a muchas autoescuelas al borde de la ruina. “Casi 300.000 españoles están a la espera de ser examinados del carné de conducir y casi 9.000 escuelas (800 menos que hace cinco años) están pasado verdaderos apuros para sobrevivir”, explica el Presidente de la Confederación Nacional de Autoescuelas de España (CNAE), José Miguel Báez. Faltan examinadores y el colapso es total.
El tapón para hacer los exámenes para sacarse el carnet de conducir comenzó hace dos años, con la huelga de los examinadores, y en estos años no ha hecho más que incrementarse. Los motivos del colapso en la DGT se atribuyen a las jubilaciones que no se han repuesto, horas extra no pagadas y “un sistema de régimen interno que no se ha abierto a diferencia de por ejemplo Portugal y Alemania”, asegura Báez. “Los ciudadanos deben tener el derecho de examinarse en un examen por el que pagan una tasa y así las autoescuelas puedan sobrevivir”.
Falta de conductores
Báez señala que está problemática está afectando, además de a las escuelas y a los alumnos, a las empresas transportistas que no encuentran conductores e insinúa que también podría estar afectando a la bajada de venta de automóviles en España, ya que actualmente existe una bolsa de 300.000 personas que están en listas de espera, y que por tanto no se compran un coche. Por todo ello, CNAE reclama “la incorporación inmediata de 125 examinadores fijos y 50 itinerantes”, que, advierten, “no solucionaría el problema en su totalidad, pero sí lo aliviaría y se resolverían las necesidades urgentes” porque, actualmente, la lista de espera media para examinarse es de más de tres meses, aunque en algunas comunidades, como en Cataluña, llega hasta los siete meses, como denunciaron el pasado 16 de julio las cuatro asociaciones provinciales catalanas de autoescuelas tras manifestarse por las calles de Barcelona.
Según las autoescuelas, la situación es “crítica” en varias provincias como Madrid, Barcelona, Lleida, Tarragona, Málaga o Cádiz y señalan un culpable: el Ministerio de Hacienda no libera fondos a la DGT y ésta institución no puede ampliar su nómina de examinadores. “CNAE no pide que aumente el gasto público, sino inversión pública. Porque el servicio de exámenes de Tráfico es muy rentable”, las tasas que hay que pagar al Estado para sacarse el carnet ascienden a 96,80 euros, “y deja unos beneficios suculentos en las arcas del Estado.
Cuidarlo sería una operación ganadora para todos: los ciudadanos, las autoescuelas y la Administración; en definitiva, para el país”. Creen en la CNAE que “la Administración está dando la espalda a hombres y mujeres que tienen derecho a trasladarse a su puesto de trabajo y no tienen otro medio que un vehículo, que necesitan el carné para presentarse a unas oposiciones, o que ven disminuidas sus opciones laborales o de ocio sin el permiso de conducir”.
La Confederación Nacional de Autoescuelas lleva meses advirtiendo al Gobierno y a su Ministra de Hacienda, María Jesús Montero, de que hay una docena de provincias en las que la situación es caótica “porque no se dota a la plantilla de la DGT de suficientes efectivos para que esta ofrezca un servicio de exámenes de conducir digno. Ni se permite al organismo librar fondos para pagar las horas extras de los examinadores pese a las reiteradas promesas al efecto. Con ello demuestra su incapacidad para resolver un problema que se ha vuelto crónico por culpa de la incomprensible e inaudita pasividad de las autoridades». El dinero que se pudiera “invertir en pagar horas extras, en incorporar a la plantilla de la DGT a 50 examinadores itinerantes y en cubrir 125 plazas para nuevos examinadores, solo enunciamos las necesidades urgentes, se recuperaría con creces con las tasas de examen”.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación