Motor

Carlos Ghosn, nombrado oficialmente nuevo presidente de Mitsubishi

Desde que Nissan completara la compra el pasado mes de octubre del 34% de las acciones de Mitsubishi Motors, quedaba pendiente el nombramiento del nuevo presidente. Ghosn, asume ya el control de Mitsubishi y se mantiene como el hombre fuerte de Nissan y Renault.

La junta de accionistas de Mitsubishi Motors ha nomnrado oficialmente como nuevo presidente a Carlos Ghosn, máximo responsable también de Nissan, tras la compra de la primera empresa por parte de la segunda.
Ghosn liderará el consejo de administración de Mitsubishi Motors con el objetivo de devolver al fabricante automotriz a la senda de la rentabilidad después de verse afectado por el escándalo del falseo de datos de consumo de algunos de sus pequeños turismos que sólo vende en el mercado interno.
"Prometo que protegeré los intereses de los accionistas y la sostenibilidad a largo plazo de la empresa", afirmó en su discurso ante la junta el ejecutivo, quien ya preside la alianza Nissan-Renault y es el líder empresarial extranjero mejor valorado en Japón.



A finales de octubre, Nissan completó la adquisición del 34 por ciento de las acciones de Mitsubishi Motors por algo más de 2.000 millones de euros, una operación que se fraguó tras los problemas económicos del fabricante nipón a raíz del escándalo por del falseo de datos de consumo.
Ghosn sucede como máximo responsable de Mitsubishi Motors a Osamu Masuko, quien seguirá siendo responsable de su gestión y pasará a ser el segundo dentro de la jerarquía con el cargo de consejero delegado.



Además de a Ghosn, la junta de accionistas nombró hoy a otros diez nuevos miembros del consejo de dirección, de los cuales tres son también altos ejecutivos de Nissan.
Los otros nuevos altos cargos proceden de otras empresas, lo que estaría destinado a cambiar la cultura corporativa del fabricante nipón de los tres rombos.



El falseo de datos de consumo de combustible de sus pequeños turismos de menos de 660 centímetros cúbicos se destapó el pasado abril, y según la propia empresa fue realizado por algunos de sus empleados bajo la presión de sus superiores para cumplir ciertos objetivos.

Mitsubishi incurrió en unas pérdidas netas de más de 1.110 millones de euros en el trimestre abril-junio por el impacto de este caso, y en el año fiscal completo, que en Japón finaliza en marzo de 2017, prevé un déficit neto cercano a los 1.250 millones de euros.

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