Motor

Tesla Model S P85D; 700 CV, tracción total y conducción semi-pilotada

La evolución de la berlina eléctrica americana le lleva a ofrecer más potencia aún, a incorporar dos motores eléctricos que le confieren su condición de tracción total y a adoptar un sistema muy avanzado de ayuda a la conducción. Tras estrenarse en Norteamérica, llega ahora a Europa.

Es la marca de coches con mayor dominio de la tecnología de propulsión eléctrica, una marca volcada en exclusiva en esta fuente de energía y empeñada en hacerla crecer hasta convertirla en una clara alternativa a los turismos tradicionales movidos por motores de combustión. Y el principal escollo que siempre se encuentran las muchas marcas que ofrecen ya versiones cien por cien eléctrica llega de mano de la limitada autonomía que ofrecen, mejorada en los últimos años pero que apenas llega a los 200 kilómetros reales en el mejor de los casos, y siempre hablando de una utilización muy urbana, donde los sistemas de regeneración durante la frenada hacen posible llegar a esas cifras.

Tesla, sin embargo, siempre ha destacado no sólo por la deportividad y exclusividad -reflejada en el precio- de sus diferentes turismos eléctricos, sino por ir un paso más allá ofreciendo autonomías muy por encima de la que ofrece cualquier otro fabricante. Su más conocido modelo, el Model S, evoluciona ahora a la versión P85D, una berlina de respecto  a la versión estándar adopta un sistema de tracción gracias a la presencia de dos motores eléctricos extras que, además de dotarle de tracción total, eleva la potencia hasta rozar los 700 CV, 221 para el eje delantero y 470 en el trasero, y lo convierte además en la primera berlina eléctrica con tracción total. Una potencia que le confiere un nivel de prestaciones a la altura de los más rápidos deportivos, siendo capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 3,2 segundos, de alcanzar los 250 km/h… y con una autonomía por encima de los 400 kilómetros.

Motores eléctricos aparte, el P85D aporta además una interesante novedad en materia de ayudas a la conducción, un sistema muy avanzado que, sin llegar a ser un sistema autónomo, permite entre otras ayudas mantener una velocidad de crucero que se va adaptando a las señales de tráfico, las cuales es capaz de leer gracias a cámaras instaladas en el vehículo. Con ayuda de un radar, un sonar que controla completamente el exterior del coche, la información del tráfico y los datos del sistema de navegación, este P85D también es capaz de conocer la situación de la carretera incluso con niebla intensa, evitar el cambio de carril o realizar un frenado automático en caso de que detecte peligro para los peatones. También, permite aparcar en modo completamente automático, y no sólo por lo que a la dirección se refiere, sino también controlando la aceleración del motor eléctrico.

El precio, en Estados Unidos, es de 105.000 dólares.

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