El Salón del Automóvil de Barcelona está siendo centro de reunión entre las patronales del sector y el Gobierno para analizar la actual situación del mercado automovilístico español y su desarrollo a medio plazo. Unas jornadas en las que se ha tratado entre otros temas la realidad de la transformación del sector a la movilidad del futuro, un concepto que, en palabras del presidente de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC), José Vicente de los Mozos, “corresponde definir a toda la sociedad”.
Ciudadanos, industria, empresas y Gobierno han de “decidir qué tipo de movilidad quieren en el futuro y, entre todos, cómo adaptar la industria a la nueva demanda y generar un entorno de políticas públicas favorables y homogéneas en todo el territorio para fomentar este ecosistema”. Unas ideas que fueron compartidas con la ministra de Industria, Reyes Maroto, y el Secretario General de Industria, Raúl Blanco, quienes han ofrecido el apoyo del nuevo Gobierno a la industria en estos próximos cuatro años de legislatura con un plan que aporte además la estabilidad necesaria.
El presidente de la patronal aprovechó la cita con los medios para presentar los primeros datos del Plan Estratégico que prepara la asociación, de cara a analizar los desafíos que tienen las fábricas españolas a corto y medio plazo y realizar una estrategia que les permita mantener su competitividad y su peso en el PIB español y en el empleo. “El nuevo horizonte que se plantea llama a la industria a dar el mayor salto de su historia y los fabricantes ya estamos comprometidos y trabajando en la descarbonización del parque, cumpliendo con las más exigentes normativas medioambientales y focalizando además en la movilidad eficiente, inteligente y asequible y en la reducción de los accidentes en carretera”, afirmó De Los Mozos.
700.000 coches menos al año
Anfac está trabajando en esta línea diseñando un plan estratégico que garantice que España mantenga este liderazgo industrial para los próximos 20 años con una importante transformación de la industria. De hecho, esta transformación es tan relevante para las fábricas españolas que su no adaptación supondría unas pérdidas anuales recurrentes equivalentes al 2% del PIB nacional, más de 21.000 millones de euros, por la pérdida de competitividad y el efecto arrastre en otros sectores.
Las plantas dejarían de producir más de 700.000 vehículos por no encajar con la nueva demanda y supondría un impacto en el PIB comparable con la crisis de 2011, con la diferencia de que sería una pérdida permanente en el tiempo, más difícil de recuperar, según apuntan los primeros datos extraídos del plan estratégico.
Y es que el avance de las nuevas tecnologías es imparable, aunque lento en estos inicios. Las matriculaciones de vehículos electrificados, híbridos o de gas siguen creciendo, y en los primeros cuatro meses del año se han matriculado un total de 44.069 turismos de energías alternativas, una cifra que supone un incremento del 45,4% respecto al mismo periodo de 2018 en el que se matricularon 30.311 unidades.
Sólo de vehículos 100% eléctricos, por supuesto con Etiqueta Cero, las ventas alcanzaron en este periodo las 4.085 unidades, con un aumento respecto a 2018 de un 78%, mientras que híbridos enchufables, también Etiqueta Cero, registran un crecimiento del 85% en el conjunto del año.
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