Este fin de semana se disputa en Imola, Italia, el Gran Premio de Emilia Romaña, pero está siendo noticia por algo más bien ajeno a la propia carrera. Y es por lo siguiente: Angelo Sticchi Damiani, el presidente del Automobile Club d’Italia, ve muy complicado conservar dos Grandes Premios en el país transalpino. "Imola es icónica pero Europa debe recortar sus Grandes Premios y nosotros tenemos dos", ha dicho la máxima autoridad del automovilismo italiano.
Hasta ahora, el circuito tiene contrato hasta 2025 con la posibilidad de ampliarlo a 2026, como ‘compensación’ de la edición anulada por las inundaciones del año pasado. Más allá, todo son incógnitas. Y no parece que una alternancia con Monza sea posible; el trazado cercano a Milán es la ‘catedral de la velocidad’, una especia de 'templo' para los fanáticos de la Fórmula 1 (con permiso de Mónaco), sobre todo en Italia que hay una gran afición por este deporte de motor encabezado por su escudería nacional Ferrari. Pero en la Fórmula 1 nunca se sabe. Lo que sí es cierto que Imola ha hecho una fuerte inversión para adecuarse a la F1, sobre todo siguiendo las exigencias que Stefano Domenicali ha impuesto en nombre de la FOM (Formula One Management).
"Estamos orgullosos de tener dos Grandes Premios. Pero esto es una anomalía. Somos el único país de Europa que los tiene. El problema es que hay que contraer el calendario europeo para ampliar los Grandes Premios en América y otros países del mundo. Debemos luchar contra otros países europeos y prescindir de uno de los dos aquí es una solución fácil. Pero no vamos a rendirnos y lucharemos para mantenerlos", ha dicho Sticchi Damiani.
España toma nota ante esta alerta
Los Grandes Premios de América, así como en los países árabes, están ganando mucho auge y peso, llegándose a convertir prácticamente en cuestiones de estado para esos países. Ante esto, Europa tiene un panorama complicado. Estas circunstancias pueden ser premonitorias también para España. En 2026, habrá dos GP aquí. Madrid en su trazado urbano y el habitual Circuit de Barcelona-Catalunya.
Para Madrid será el primer año de un contrato a largo plazo y para Barcelona, el último del contrato vigente, que los responsables quieren ampliar y para ello están haciendo fuertes inversiones en la renovación del mismo y la ampliación de las instalaciones.
Las dificultades van a ser muy parecidas a las del circuito italiano. Sobre todo mientras haya países o regiones para los cuales tener un Gran Premio es un objetivo político prioritario –por diversas razones– y puedan contar con apoyo decidido y prácticamente ilimitado por parte de los gobiernos para los cuales el retorno en imagen pueda ser más importante que el resultado económico corto-medio plazo.
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