La Red de Empresas de Auxilio en Carretera (REAC) estiman en unos 100.000 los vehículos dañados, una cifra que no podrá confirmarse con datos oficiales hasta que no pasen los días -o semanas- y se pueda realizar una valoración más real de las pérdidas, toda vez que son muchos los vehículos que siguen sepultados sobre todo en zonas de barrancos próximas a las carreteras.
Pero no sólo los coches que estaban estacionados en la calle, circulando por ellas o por las carreteras valencianas se han visto afectados, sino que la DANA se ha llevado por delate también miles de coches de los concesionarios de la Comunidad Valenciana.
En concreto, Faconauto, la patronal de los concesionarios, estima que las lluvias torrenciales caídas en la zona han impactado a 40 concesionarios. Las pérdidas totales ascienden a 430 millones de euros, con aproximadamente 18.000 turismos en stock dañados. En el segmento de vehículos industriales, el impacto ha sido igualmente significativo, con 500 vehículos afectados y pérdidas estimadas en 60 millones de euros.
La Generalitat destinará 200 millones de euros en ayudas para paliar los daños sufridos en los concesionarios.
Faconauto ha indicado que la prioridad de los concesionarios es reanudar su actividad cuanto antes, permitiendo a los afectados recuperar su capacidad de desplazamiento y asegurando el funcionamiento logístico de empresas que dependen de una movilidad fluida para mantener su actividad y contribuir activamente a la reconstrucción.
La patronal valora positivamente la medida propuesta por la Generalitat de destinar 200 millones de euros en ayudas para paliar los daños ocasionados en los concesionarios, así como la propuesta de poner en marcha un plan de ayudas para 80.000 turismos y comerciales que se estiman estén afectados, por valor de 864 millones de euros, y de 400 millones para renovar 10.000 vehículos industriales damnificados.
Los concesionarios esperan que estas medidas se pongan cuanto antes en marcha para que los damnificados puedan volver a la normalidad. De esta manera, también se minimizaría el impacto económico de la catástrofe, contribuyendo además a la estabilidad del empleo en un sector, el de los concesionarios, que en la región genera más de 16.000 puestos de trabajo.
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