Aunque lo ideal es montar neumáticos de invierno para afrontar este período de tiempo de inclemencias meteorológicas complicadas para la circulación, lo cierto es que sólo nos acordamos de ellos cuando ya es tarde. Porque un neumático de invierno con especificaciones «M+S» garantiza la máxima eficacia en asfalto seco y, en contacto con la nieve, permite una motricidad suficiente para avanzar sin problemas.
Pero como suele suceder, la primera gran nevada suele pillarnos por sorpresa, y la única solución llega ya con la utilización de cadenas, ahora ya con todo un abanico de posibilidades respecto a las tradicionales cadenas metálicas que llevan toda la vida con nosotros. Siguen siendo las más habituales, en muchos casos por desconocimiento de las más modernas soluciones, pero también por ser las menos económicas. En su haber, una incuestionable eficacia sobre la nieve una vez instaladas, aunque esto último es también uno de sus puntos más negativos. Su montaje requiere mucha pericia y más tiempo que otros sistemas más modernos y, una vez superado el tramo de nieve, en contacto con el asfalto hace obligatorio su inminente desmontaje.
Frente a la dificultad en su instalación, las cadenas de tela han ido ganando en relevancia en los últimos años, aunque su precio resulta claramente más elevado que el de las convencionales metálicas. Montarlas apenas requiere un par de minutos al ser una funda de tela que se instalan sobre la banda de rodadura envolviendo la rueda con ellas. Además de más sencillas, no dañan la llanta como sí puede hacerlo las metálicas y una vez puestas la conducción resulta más confortable. Eso sí, su duración es mucho más limitada y, a poco que circulemos con ellas sobre asfalto o las utilicemos muchas veces a lo largo del invierno, acaban por desfallecer.
A medio camino entre las dos anteriores están las cadenas compuestas, formadas por una red de cables plásticos enfundados en tela y unidos por argollas metálicas que envuelve la banda de rodadura del neumático. A su favor, una facilidad de montaje similar a las de tela, aunque al llevar argollas metálicas requiere algo más de esfuerzo para instalarlas, y una mayor durabilidad en su uso.
Para quienes llegado el invierno necesitan de un uso muy constante de las cadenas por vivir en zonas montañosas o por simplemente desplazarse casi cada fin de se mana a lugares que van a requerir su uso, la mejor opción son las cadenas semiautomáticas. Su instalación es muy sencilla por cuanto tienen una parte fija anclada a la llanta sobre la que se acoplan las cadenas en pocos segundos. Son, sin duda, las más prácticas, tienen una durabilidad similar a las tradicionales cadenas metálicas… pero su precio puede suponer diez veces mayor.
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