Motor

Nuevo Hyundai Santa Fe

El fabricante coreano lanza al mercado la tercera generación de su popular Santa Fe, un todo terreno que en su anterior versión proporcionó un notable salto cualitativo a la marca.

Si el primer Santa Fe llegado al mercado en 2000 supuso un enorme éxito de ventas para la marca apoyado en una política de precios marcada por lo ajustado de los mismos, la segunda generación llegada en 2006 permitió a Hyundai experimentar un salto de calidad que la situó de lleno en el mapa del sector automovilístico, tanto en nuestro país como en el resto de mercados. Un salto de calidad que no ha cesado desde entonces y que ha llevado hasta esta tercera generación, que ha mantenido incluso el nombre Santa Fe  en contraposición con las nuevas denominaciones del resto de la gama de todo terreno, como son el ix 35 y el ix45, quedando el nuevo Santa Fe justamente entre ambos por dimensiones y precio.

Exteriormente, el nuevo diseño le acerca a los trazos del primero de ellos, con unas dimensiones algo más grandes que las de su antecesor, llegando a los 4,69 metros de longitud, 3 centímetros más largo, pero perdiendo 8 centímetros de altura para unas proporciones más estilizadas. Por dentro se ha mejorado ligeramente la habitabilidad, con algo más de espacio para las piernas tanto en la segunda como en la tercera fila. .

Y si por fuera mucho ha cambiado, por dentro es más evidente aún el salto experimentado, no sólo por diseño y calidad de acabados, sino por la posibilidad de disfrutar de un mayor equipamiento, con elementos ahora como el control de velocidad de crucero activo, el sistema de aparcamiento asistido, el de alerta de cambio involuntario de carril, el control de descenso de pendientes para conducción en campo, faros de xenón y una nueva dirección asistida eléctrica con 3 programas diferentes de funcionamiento: «comfort», «normal» y «sport».

En carretera, se mueve de forma muy confortable, con un gran silencio de rodadura y bien aislado acústicamente el habitáculo del efecto del aire, fruto de una aerodinámica mejorada respecto al modelo anterior. Las suspensiones trabajan de forma suave, con unos tarados de amortiguación equilibrados que contienen bien los movimientos de carrocería para un confort de marcha en general mejorado respecto a la generación anterior.

De los dos motores disponibles en nuestro mercado, ambos Diesel –no está previsto que llegue la versión de gasolina-, hemos tenido la oportunidad de rodar con el más potente de ellos, un 2,2 litros de 197 CV de potencia, disponible tanto con cambio manual como con automático, con seis velocidades. Buen rendimiento en el primer caso, más agradable y cómodo en la conducción el segundo, con cualquiera de ellos puedes moverte a muy buen ritmo. No acelera con la determinación que cabría esperar de semejante cifra de potencia, pero mantiene esos altos ritmos con sencillez. Sorprende que los consumos, según la marca, sean más bajos que los del 2.0 CRDi de 150 CV, un motor que llegará a finales de este 2012 y que estará disponible también en tracción delantera.

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