Hace justo 30 años, en 1988, Opel lanzaba al mercado la versión más deportiva del superventas Corsa, un GSi que llegaba tras el enorme éxito del Corsa GT, de aspecto deportivo provisto de un sencillo motor de 75 CV. Con el GSi, llegaba la inyección electrónica al pequeño deportivo, ya con un motor de mayor cilindrada y, sobre todo, anunciando una potencia de 100 CV, una cifra más propia entonces de grandes berlinas.
Tres décadas después, Opel pone en el mercado un nuevo Corsa GSi que mantiene el mismo espíritu deportivo de aquél modelo que cautivó a muchos jóvenes a finales de los '80. Deportivo pero no extremo, diseñado para disfrutar de su conducción en carretera pero también en el día a día en ciudad, donde sus dimensiones y su agilidad se adaptan a la perfección al entorno urbano.
Exteriormente tiene detalles específicos como el paragolpes, la toma de aire en el capó o el alerón del techo, así como unas pinzas de freno pintadas en color rojo. El interior no recibe apenas cambios respecto al del resto de la gama Corsa, aunque puede montar en opción unos asientos Recaro de tipo baquet que aseguran mucha más sujeción a la hora de conducir entre curvas, terreno en el que el Corsa GSi sin duda se siente como pez en el agua.
Chasis deportivo
Para mejorar el comportamiento en curva, Opel ha hecho algunos cambios en el ajuste del chasis. La suspensión rebaja la altura de carrocería con unos muelles 10 milímetros más cortos y los amortiguadores tienen un sistema de dóble válvula que permite regular el paso del hidráulico con más precisión en función de la velocidad de compresión. Así, la amortiguación se adapta mejor a las diferentes condiciones de conducción. No hay cambios en la estructura de ambos ejes, pero sí se ha modificado las soldaduras del eje de torsión trasero, específico en el Corsa GSi, para darle más rigidez torsional.
En cuanto al motor, a diferencia del Corsa GSi original, cuenta con un turbocompresor para llegar, con menos cilindrada, a los 150 CV de potencia, con cambio manual de seis velocidades y desarrollos de cambio más bien cortos. Cuesta algo menos de 17.000 euros, algo menos que rivales como el Ibiza 1.5 TSI de 150 CV. Acelera de 0 a 100 km/h en 8,9 segundos y alcanza una velocidad máxima de 207 km/h. Según Opel, el motor ha sido puesto a punto para dar una curva plana de par motor máximo entre 3.500 y 4.500 rpm.
No es un deportivo de planteamiento excesivamente radical, pero sí ha sido desarrollado para disfrutar en carretera de una conducción muy ágil sin renunciar a un alto grado de confort, con suspensiones firmes pero no secas.
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