La DGT va a recurrir a nuevos sistemas de detección de velocidad, un pequeño radar láser que podrá ser utilizado con facilidad desde el propio vehículo, motos incluidas, en trípode, en pórticos y, sobre todo, colocados sobre el propio guardarraíl, lo que permitirá instalarlos en casi cualquier trazado y, al funcionar sin cableado, no habrá un vehículo junto a él, sino que podrá estar montado de forma aislada y serán casi imposible de detectar a simple vista.
Entre sus principales propiedades, podrán controlar la velocidad en dos carriles al tiempo, en ambos sentidos de la circulación y hasta velocidades de 250 km/h. Distinguen entre vehículos pesados y ligeros y el manejo del equipo puede ser realizado desde cualquier dispositivo móvil con conexión wi-fi o 3G/4G.
Un nuevo sistema, por tanto, más eficiente sin duda que cualquier otro de los actuales, y que al carecer de cable alguno en su conexión con el vehículo puede marcar un antes y un después en la forma de multar a los conductores, que ya no bastará con fijarse en algún vehículo medio oculto tras un quitamiedos. Sólo hace falta esperar para saber en cuanto va a aumentar el número de sanciones de velocidad.
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